- Dimitri, ¿estás bien?
- Dimitri, ¿estás bien?
- Amigos míos... ¿A qué habéis venido?
- No íbamos a dejarte morir.
- Es hora de sacarte de aquí.
- Me temo que debo quedarme.
- Ya habéis visto lo que sucede allí.
- Si intento marcharme, mis súbditos morirán.
- Así que no te dominan con grilletes,
[cdb]sino con tu inquebrantable sentido del deber.
- ¡Te van a matar, Dimitri!
- ¡Te van a matar, Dimitri!
- Que lo hagan. Si así mi pueblo se salva...
- No lo permitiré.
- Dedue...
- Majestad. Tomad.
- Ya sea vuestro deber para con los vivos o la culpa
[cdb]por las muertes de los que hemos perdido...
- No son cargas que debáis llevar en soledad.
- Hemos acudido a combatir a vuestro lado, majestad.
Y eso haremos, ahora y siempre.
- Qué típico del cernícalo. No puede evitarlo.
- Mmm. No te quedes atrás.
- ¡Lo mismo te digo!
- ¡Lo mismo te digo!