¿Ya lo sabes, duque de Aegir? El vizconde de Menja
[cdb]viene desde lejos para unirse de inmediato a tu causa.
Fenja y Menja, nuestras casas, comparten un
[cdb]ancestro común lejano.
¡Y ahora luchamos juntos de nuevo para salvar
[cdb]al Imperio de un grave aprieto!
¿Y qué traen desde tan lejos?
¿Unos pocos soldados miserables?
Según lo que he oído, el heredero de Menja apoya
[cdb]fervientemente a la Emperatriz. ¿No nos estarán
[cdb]endilgando al padre para quitárselo de en medio?
¡Nada de eso! Además, toda la Casa Fenja
[cdb]permanece unida para apoyarte.
Si hacemos un llamamiento conjunto al resto
[cdb]de nobles, muchas tropas acudirán a Fuerte Merceus.
Eso espero. No tengo ni la menor idea de por qué
[cdb]apoyarían a esa patética Emperatriz.
¡Únicamente yo, Ludwig von Aegir, puedo devolver
[cdb]a Adrestia su gloria pasada!
A ver, los magos... dicen que quieren, eh...
alterar las defensas del fuerte.
Bueno, que hagan lo que quieran.
Mientras tengamos menos efectivos,
[cdb]habrá que pensar soluciones creativas.
Edelgard atacará en cuanto se dé cuenta
[cdb]de que pretendemos tomar la capital.
Atraeremos a sus tropas dentro y luego liquidaremos
[cdb]a todos a la vez. Será una victoria fácil.
Siempre supe que eras un estratega brillante.
No se lo van a imaginar.
Ahora, si pudiésemos hablar sobre los puestos
[cdb]clave de tu futura administración...
Solo espero que su majestad sea tan débil
[cdb]y torpe como para caer en la trampa.
Nunca fue mi intención dividir al Imperio
[cdb]en plena guerra. No es lo que quería.
Si hubiera dicho una sola palabra, ¡solo una!,
[cdb]sobre reservarme un hueco en su gobierno,
[cdb]nada de esto habría sido necesario.
Ya basta. Debo dejar de pensar en eso.
He de ganar. ¡Tengo que superarla!