- La batalla de hoy no ha estado mal,
[cdb]pero me he salvado por los pelos.
- Cuando cargué de frente
[cdb]y vi a todos esos arqueros esperándome,
[cdb]solo se me pasó una cosa por la cabeza:
- «esta no es forma de morir, pero así es la vida».
Uf, creía que estaba acabado.
- ¿De qué estás hablando? El viento era tan fuerte
[cdb]que habría sido imposible acertarte.
- Acabaste con todos ellos.
¿De verdad no lo habías planeado así?
- Sabía que soplaba una brisa, pero bueno...
- Tienes razón, te habrías convertido en una diana
[cdb]a tamaño natural si el viento hubiese amainado.
Pero te la jugaste a que no lo haría, ¿verdad?
- Eso es algo que solo tú podrías conseguir.
Yo no me habría arriesgado así.
- Fue todo cosa de suerte, colega, nada más.
¿A qué viene esto?
Creía que odiabas eso de jugarse la vida.
- Sí, pero tú eres la prueba de que ese planteamiento
[cdb]puede ser de utilidad en el campo de batalla.
- Te la juegas y haces lo que hay que hacer.
Tu éxito es indiscutible.
Debo aceptar que tu método funciona.
- Solo espero que ganes todas tus apuestas.
- Mmm.
- Gracias por decir eso,
[cdb]aunque lo que ocurrió hoy fue un imprevisto.
- Todo iba de maravilla,
[cdb]pero me dejé llevar y cometí un error estúpido.
- Solo tuve la suerte de que el viento soplase
[cdb]en la dirección adecuada. Si no, estaría muerto.
- ¿En serio?
- Ya, seguro.
- ¿Quieres decir que solo ha sido una coincidencia?
Me sorprendes.
- Deja de tomarme el pelo.
Es imposible que fuese una coincidencia.
- En serio, fue un golpe de suerte.
- Por eso te iba a decir que he aprendido la lección
[cdb]y que ya no quiero jugarme la vida.
- ¿De verdad? Esa es la mejor idea que has tenido.
- Pero como has admitido que mi método funciona,
[cdb]creo que seguiré jugándomela.
- Debo hacer lo que me sale bien, ¿no?
No puedo dejarme amedrentar por un susto.
- Espera, ¿qué? ¿No acabamos de decir
[cdb]que casi mueres por eso?
- Retiro lo que dije. Es un verdadero suicidio.
Deja de hacer eso.
- No, demasiado tarde. Un guerrero nunca se retracta.
- Puede que hayamos tenido nuestros malentendidos,
[cdb]pero lo importante es que has aprendido a aceptarme
[cdb]tal y como soy, ¿verdad?
- ¿Y qué pasa con eso que has dicho
[cdb]de no querer jugarte más la vida?
- Después de todo, un guerrero nunca se retracta.
- Eso no cuenta.
Solo dije que tenía intención de decírtelo.
- Aceptar la derrota.
- Seguir discutiendo.
- Vale, como tú veas.
Tu lógica no es perfecta, pero tiene cierto sentido.
- ¿A que sí?
Te lo tomas con mucha deportividad, colega.
- Si tienes más quejas, podemos debatirlo luego
[cdb]mientras celebramos la victoria.
- ¿Qué clase de lógica es esa? Tú mismo lo has dicho,
[cdb]así que eso del código del guerrero
[cdb]también se aplica a ti.
- No tengo ni idea de a qué te refieres.
Son dos casos distintos.
- En fin, podemos discutirlo más tarde.
Tenemos que celebrar la victoria, ¿verdad?
- Está bien, de acuerdo. Es una labor desagradecida,
[cdb]pero alguien tiene que hacerte entrar en razón.