- La comida estaba deliciosa.
- Oye, aún te queda un poco en el plato. ¿No quieres más?
La carne de glotón de Oghma no es fácil de conseguir.
- No como carne. Si quieres, te la doy.
- Te tomo la palabra. Cuando como este plato
[cdb]siempre me siento con muchísima energía.
- ¡Je, je! Se te ve encantada.
- No es normal verte sonreír.
¿He hecho algo gracioso o qué?
- No, es que me ha gustado
[cdb]la cara que has puesto.
- Pues si tanta gracia te hace ver zampar a los demás,
[cdb]quizá deberías comer algo tú también.
- Me conformo con mirar.
- Eh... Bueno, parece que ahora ya estás
[cdb]más cómoda comiendo conmigo, Marianne.
- Sí. Cuando me dijiste que no actuara como alguien
[cdb]que no soy, no supe muy bien qué hacer.
- Aunque sigo pensando que puedo aprender de ti.
A medida que vamos hablando, me acostumbro
[cdb]a comer contigo.
- Entiendo. ¿Y por qué no te animas
[cdb]a comer también con otras personas?
- Las horas de las comidas son un momento genial
[cdb]para hacer amigos. Después de todo, charlar
[cdb]y sentarse en torno a una mesa van de la mano.
- Así nos hicimos amigas nosotras, ¿verdad? Quizá sea
[cdb]una buena oportunidad para conocer a alguien más.
- (...)
- ¿Qué pasa?
- Lo siento... Es que mi padre adoptivo me dijo
[cdb]eso mismo en una ocasión.
- ¿Ah, sí?
- Solía criticarme porque evitaba
[cdb]pasar tiempo con gente.
- Decía que, como heredera de la Casa Edmund,
[cdb]tengo que ser un poco más sociable.
- Pero nunca se molestó en intentar entender
[cdb]cuánto me costaba.
- Disculparte por ser poco sensible.
- Seguir animándola.
- Lo siento. Me he comportado
[cdb]con tan poca sensibilidad como tu padre.
- No, no has hecho nada malo.
- Pero conseguiste hacerte mi amiga.
Seguro que, si lo sigues intentando,
[cdb]superarás cualquier dificultad.
- Quizá tengas razón.
- Pero no creo que me venga bien
[cdb]relacionarme con demasiada gente.
- ¿Por qué?
- Solo traigo desgracia y calamidad
[cdb]a quienes se me acercan demasiado.
- ¡Eso no es verdad! ¿Por qué lo piensas?
- ¡Sí lo es! ¡Lo sé!
- Vale, entonces, ¿cómo podemos estar tú y yo
[cdb]aquí tan tranquilas sin ningún problema?
- Tienes razón. Debería haber tenido más cuidado
[cdb]y haber guardado las distancias.
- Pero eres muy amable y me gusta estar contigo.
Lo siento.
- A partir de ahora, me mantendré lo más lejos
[cdb]de ti que pueda. Tengo que irme.
- Eh, espera, ¡Marianne! ¿Qué voy a hacer con ella?