Capítulo 9: Un dilema real El rey Klaus yace en su lecho de muerte aquejado de fiebre. Los problemas del príncipe Krouffer no han hecho más que empezar. La enfermedad de su grandioso padre ha sido tan repentina que aún no había decidido cuál de sus hijos lo sucedería.
El hermano mayor de Krouffer, Banfig, era un guerrero y un estratega militar excelente, pero su gentil alma no albergaba deseos de guerra ni de poder. Lo suyo no era ejercer de líder. Su hermano menor, Kite, había heredado la inteligencia de su padre y era capaz de mantener la calma en cualquier situación. Sin embargo, este rasgo provocaba que los caballeros lo tuvieran como una persona desalmada.
Al contrario que sus hermanos, Krouffer carecía de emblemas y, por tanto, de la fuerza propia de un miembro de la familia real, así que nunca se había planteado retarlos para alzarse con el trono. Sin embargo, no podía soportar la idea de que uno de ellos pereciera en una lucha por la sucesión.
Un día, Morianne, la hermana de Klaus, encontró una nota supuestamente escrita por su hermano. Decía, con la inconfundible letra de Klaus: «El más querido por el pueblo debe heredar el trono». Esta breve nota desencadenaría una guerra trágica y sangrienta por la sucesión.
Cuando la lucha terminó, los caballeros se dividieron en tres facciones. Cada una apoyaba a un príncipe diferente. Los caballeros de Faerghus querían a Banfig; los de Mach, a Krouffer; y los de Leicester, a Kite. Así que decidieron dividir el reino en tres partes.
Se sentía consternada por el fracaso de su plan. Su idea de que el príncipe Kite, su favorito, se convirtiera en rey no se cumplió por culpa de alguien tan mundano como Krouffer. Después de innumerables bajas, los tres hermanos depusieron sus armas... (Parece una novela que cuenta parte de la historia de Faerghus.)