Epílogo El autoproclamado rey saca un pequeño silbato de la cartera de piel que lleva en la cintura y emite un potente pitido. Una sombra grande y oscura aparece en el cielo nocturno, y un wyvern desciende y se posa al lado del hombre. Este le dice a la chica que lo mira: «Móntate si quieres. Tú decides.»
Sin dudarlo, la chica se acerca al wyvern. El hombre que dice ser vasallo del rey le dice: «Eres hija de un noble, ¿verdad? Seguro que en tu hogar no te falta de nada. ¿Renunciarías a todo eso por vivir una ilusión con nuestro rey?»
La chica sonríe y responde al vasallo del rey. «Si me promete que me enseñará algo nuevo, renunciaré gustosa a todo. Quizá sea una locura, pero es la mía. Y uno solo puede encontrar la verdadera libertad si se abandona a sus propios caprichos...»
(Historia de fantasía inspirada en una persona real. Falta la primera parte, así que cuesta entender lo que sucede.)