Por supuesto, majestad. Dejadme que os ponga al día
[cdb]sobre lo que está aconteciendo.
Como sabéis, llevamos un tiempo enfangados
[cdb]con nuestro pequeño problema con la Alianza.
Pero ahora es el momento de ocuparse del Reino,
[cdb]que ha enviado a un ejército para liquidar
[cdb]al conde de Rowe y a quienes apoyaron nuestra causa.
Rowe se encuentra en la ciudad fortificada
[cdb]de Arianrhod, una ciudadela tan difícil de tomar
[cdb]como el Fuerte Merceus.
Ah, Arianrhod. La Dama de Plata.
Es un poco raro eso de llamar «dama»
[cdb]a un lugar tan grande e imponente.
Es porque cuesta acercarse a ella
[cdb]tanto como a la dama más pura.
Si todavía no lo entiendes, ya es problema tuyo.
Pues sigo sin entenderlo.
Nuestros informes nos indican que, aunque el ejército
[cdb]del Reino es fuerte, les está costando mucho entrar
[cdb]en la ciudad fortificada.
Pero, a menos que enviemos refuerzos,
[cdb]acabarán saliéndose con la suya.
Así que debemos centrar nuestros esfuerzos
[cdb]en el Reino otra vez.
¿No afectarán estas idas y venidas entre el Reino
[cdb]y la Alianza a nuestros soldados?
¿Quién ha dicho que fuéramos a desplegar
[cdb]a todo el ejército?
Partiremos hacia Garreg Mach con tropas de élite
[cdb]y se nos unirán soldados más descansados
[cdb]antes de avanzar al oeste.
Mientras tanto, el duque de Gerth reunirá
[cdb]a los soldados de los señores del oeste y marchará
[cdb]hacia la ciudad fortificada.
Ahí nos sumaremos para atacar a la fuerza principal
[cdb]del Reino juntos. ¿Qué os parece?
Diría que es la estrategia ideal, al menos,
[cdb]sobre el papel.
No nos pasemos de optimistas. A ver, en mi opinión,
[cdb]las cosas nunca salen como uno quiere.
¿Deberíamos nosotros preocuparnos?
Si el plan bueno, será éxito.
¿Y la Alianza? Puede que intenten tramar algo
[cdb]mientras estamos distraídos.
No lo harán. Su majestad está siendo comedida
[cdb]a la hora de resolver los problemas con Leicester.
El conde de Bergliez está tan agotado como ellos.
Le pediremos que monte su campamento
[cdb]en el Gran Puente y seguiremos negociando allí.
Por suerte, Lorenz, el nuevo conde de Gloucester,
[cdb]ha decidido unirse al Imperio.
Por suerte, Gloucester ha cedido el mando a su hijo,
[cdb]que quiere someterse a los dictados del Imperio.
Además, las hijas de las Casas Ordelia y Edmund
[cdb]tienen autorización para apoyar a nuestro bando.
Además, la hija de la Casa Ordelia tiene autorización
[cdb]para apoyar a nuestro bando.
Además, la hija de la Casa Edmund tiene autorización
[cdb]para apoyar a nuestro bando.
Y parece que la Mesa Redonda está demasiado liada
[cdb]con sus rencillas como para causarnos problemas.
Por tanto, solo nos quedaría enfrentarnos
[cdb]a los Caballeros de Seiros, misión que asumirá
[cdb]el ministro de Culto.
¿Mi padre?
No será capaz de plantar cara a los Caballeros.
No conseguí superar tácticamente al Azote Sombrío
[cdb]en nuestra última batalla...
No conseguí superar tácticamente al Azote Sombrío
[cdb]en nuestra última batalla...