- Eso es todo. Habla con la persona a cargo
[cdb]para obtener más detalles.
- ¿Sigues con la misma actitud?
Te repito que ya no estoy enfadada.
- Pero si hablase de más,
[cdb]podría acabar enfadándote de nuevo.
- Y como parece que hasta mis disculpas pueden crear
[cdb]malentendidos, sospecho que nunca llegaremos
[cdb]a encajar bien.
- Eso no fue culpa tuya. Debí haber aceptado
[cdb]tu disculpa, pero actué de una forma muy testaruda.
- Espera. ¿A qué huele? ¿Es café?
- ¿Sabes lo que es?
No lo parecía cuando lo mencioné el otro día.
- Coco hizo un poco para mí y estaba delicioso.
- Pero parece que es muy caro.
Solo había suficiente para tomarme una taza.
- ¿Es eso lo que sueles beber?
- Siempre y cuando pueda usarlo como sustituto del té,
[cdb]sí.
- Sin embargo, me resulta extraño que Constance
[cdb]considere el precio del café como un impedimento
[cdb]dado lo mucho que se le paga.
- Probablemente sea porque siempre
[cdb]está despilfarrando dinero en materiales
[cdb]para sus experimentos.
- Ya veo. En fin, permíteme que te invite,
[cdb]no a tomar un té, sino un café.
- Espera, ¿estás seguro?
Porque, si lo pagas tú, me apunto.
- Esto está buenísimo.
- No me canso de su amargor.
- Sí, el café tiene una suculencia que no se encuentra
[cdb]en ninguna otra bebida, por no hablar
[cdb]de su maravilloso aroma.
- La verdad es que este olor me parece más fuerte
[cdb]que el del café que me hizo Coco.
- Al igual que con el té,
[cdb]hay muchas formas de hacer café.
- Una característica notable de esta bebida
[cdb]es que el producto final puede variar mucho
[cdb]según el grado de tueste de los granos.
- Perdona, ¿granos? ¿Esto tiene granos?
- Ahora que lo pienso, Coco mencionó algo
[cdb]acerca de masacrar granos para hacer su café.
- Supongo que hablas del proceso de molido.
- Debo decir que me sorprende que disfrutes del café.
Resulta bastante inesperado que tengamos esto
[cdb]en común.
- Mucha gente lo aborrece, y algunos de ellos
[cdb]llegan a criticarlo diciendo que no es
[cdb]más que «agua de grano caliente».
- Oh, qué pena. Parece que se ha acabado.
- Aún queda más. Sírvete.
- ¿En serio? Gracias.
- Ojalá pudiese sentirme así de relajada todo el tiempo.
Uf.
- ¡Ah!
- Oh, no.
- Qué ingenuo he sido. Y pensar que yo precisamente
[cdb]sería el que no prevería este resultado.
- Aunque es mejor que un suspiro de disgusto.
En fin, me parece que tenemos que despachar
[cdb]a algunos monstruos.
- Yo los he atraído, así que yo debería acabar con ellos.
Considéralo como un poco de ejercicio
[cdb]para bajar el café.
- ¡Ah! ¡Monstruos! Están por todas partes.
- Je. Después me encargaré de falsear el motivo
[cdb]de este repentino ataque.
- Gracias, Bert. Ahora, pongámonos manos a la obra.