- ¿Qué? ¿Han descubierto a Solon?
- Sí, mi señor. Ha tenido que huir del monasterio.
- Primero el fiasco de Kronya y ahora esto.
¿Qué está pasando?
- No lo sé, mi señor. ¿Qué deberíamos hacer?
- Para empezar, debemos mantener la compostura.
Envía un mensaje al Reino,
[cdb]asegúrate de informar a Cleobulus.
- Dile que actúe con cautela.
Si debe desaparecer, que así sea.
- Ahora mismo, mi señor.
- ¿Sí?
- ¡Lord regente! Traigo noticias urgentes.
- Puedes pasar.
- Disculpad la intromisión, pero nos han informado
[cdb]de que los Caballeros de Seiros
[cdb]marchan hacia Enbarr.
- No sabemos qué propósito tienen, pero llegarán
[cdb]por la mañana. Lo hemos puesto todo patas arriba
[cdb]para estar preparados.
- ¿Los Caballeros de Seiros? No. ¿Creéis que...?
- Solo hay una persona que podría estar detrás de esto.
Cómo se atreve a enseñarnos las fauces.
- ¡Puede que ya estén dentro del palacio!
- ¡Movilizad a los guardias y buscadlos!
Matad a cualquier sospechoso que os mire de reojo.
- ¡Sí, mi señor!
- Su majestad ha dado la señal, Waldemar.
- ¿Tan pronto? Creía que todavía estaban negociando...
Todo está sucediendo muy rápido.
- La situación debe haber cambiado.
Al fin y al cabo, nuestros hijos siguen
[cdb]en Garreg Mach.
- Admiro lo fuerte que se ha vuelto.
Pero desearía que hubiésemos tenido más tiempo
[cdb]para evaluar su pericia.
- Bueno, si ella ya nos ha cogido a nosotros
[cdb]con el pie cambiado, imagínate cómo se sentirán ellos.
- Estoy deseando ver las caras de sorpresa
[cdb]de esos cobardes... ¡Cómo lo voy a disfrutar!
- Como si te fueses a conformar con solo mirar.
Cuando comience la batalla,
[cdb]estarás sumergido en vísceras como todos los demás.
- Lo que significa que tendré que dejar clara
[cdb]mi postura. No podemos dividir el ministerio
[cdb]por un desacuerdo entre la espada y la pluma.