- Mandad un mensajero a la Casa Menja
[cdb]para que entregue la carta que he escrito.
- Tomad también a vuestros soldados
[cdb]y empezad a investigar los artefactos mágicos
[cdb]que haya dejado atrás el enemigo.
- ¡A sus órdenes, lord Hubert!
- Mmm...
- (...)
- (...)
- Debe de ser horrible tener que matar
[cdb]a tu propio padre...
- ¿No tienes nada que decir?
A fin de cuentas, consolaste a Fleche.
- Venga, Ferdinand. Vámonos.
- Venga, Ferdinand. Vámonos.
- No, vete sin mí. Me gustaría quedarme aquí un rato.
- Un poco más de tiempo...
- Hubert, ha llegado un mensajero de la Alianza...
y necesito que sepas cómo va nuestra campaña
[cdb]del oeste.
- ¿Ferdinand? ¿Podemos hablar un momento?
- He pensado que te dejaré decidir cómo castigar
[cdb]a los seguidores de tu padre ahora que se han rendido.
- Ah...
- Además, este incidente ha supuesto el fin de Fenja
[cdb]y varias casas nobles más.
- Tenemos que resolver la cuestión del próximo duque
[cdb]de Aegir. No hay tiempo que perder.
- Así que, si no te importa...
- ¿Así intentas consolarme, Edelgard?
- ¿Cómo?
- Castigaré a las tropas y encontraré
[cdb]el modo de gestionar las tierras de mi padre.
Puedes confiar en mí, majestad.
- Y... gracias por tener en cuenta mis sentimientos
[cdb]sobre este asunto.