- Eh, ¿te has enterado? Parece que le vamos
[cdb]a declarar la guerra al Imperio.
- Sí, soy consciente.
- Sí, soy consciente.
- Desde que su majestad accedió al trono,
[cdb]hemos librado batalla tras batalla
[cdb]hasta en el último rincón de Faerghus...
- ¡Pero nunca pensé que nos enfrentaríamos
[cdb]al mismísimo Imperio! Es que aún no me lo creo.
¡Qué nervios!
- Motivarla.
- Estar de acuerdo con ella.
- No te preocupes, en cuanto empecemos a blandir
[cdb]las espadas, te lo creerás enseguida.
- No te preocupes, en cuanto empecemos a blandir
[cdb]las espadas, te lo creerás enseguida.
- Mira, diría que esa es la peor arenga
[cdb]que he oído en mi vida. Claro que, a estas alturas,
[cdb]ya no me sorprende nada.
- Ya. No es que me oponga a la guerra, ni nada,
[cdb]pero yo también tengo cierta aprensión.
- Ya. No es que me oponga a la guerra, ni nada,
[cdb]pero yo también tengo cierta aprensión.
- ¿Aprensión, tú? ¡No creía que fuera posible!
En fin, no hay día que no se aprenda algo.
- Pero no puedo evitar preguntarme...
¿Y ahora qué ocurrirá con Faerghus?
- Parece que últimamente las cosas van a mejor,
[cdb]pero no todos aprecian a su majestad como yo.
- Sí, yo también he oído rumores. Aunque supongo
[cdb]que es normal que un dirigente tenga críticos.
- Sí, yo también he oído rumores. Aunque supongo
[cdb]que es normal que un dirigente tenga críticos.
- Lo único que sé es que no estaríamos
[cdb]donde estamos si no fuera por él.
- Lo único que sé es que no estaríamos
[cdb]donde estamos si no fuera por él.
- Mírame a mí, endosado con un poder misterioso
[cdb]del que no sé nada y aun así ha confiado en mí.
- Mírame a mí, endosada con un poder misterioso
[cdb]del que no sé nada y aun así ha confiado en mí.
- Creo que es justo que le devuelva el favor.
Oh, si antes hablamos de él...
- Creo que es justo que le devuelva el favor.
Oh, si antes hablamos de él...
- ¿Interrumpo algo?
- ¡Por supuesto que no! ¡Me retiraré!
¡Su majestad, comandante!
- Entonces, lo has oído todo, ¿no?
- Entonces, lo has oído todo, ¿no?
- Más o menos. Disculpa la interrupción,
[cdb]pero tenemos un asunto urgente entre manos.
- ¿Puedo ayudar en algo?
- ¿Puedo ayudar en algo?
- Así es. Como sabes, hemos ofrecido asilo
[cdb]a la Iglesia Central en su huida del Imperio.
- Por ello, debemos escoltar a la Arzobispa
[cdb]a la capital cuanto antes.
- Cabe esperar que nos persigan las fuerzas imperiales,
[cdb]así que estoy reuniendo un equipo de confianza
[cdb]para que nos acompañe en la misión.
- Como es lógico, yo lideraré a mi propio
[cdb]regimiento en la batalla, pero me preguntaba
[cdb]si querrías acompañarme.
- ¿Eso es todo? Claro, me encantaría.
Y de paso, ¿cómo va todo por Garreg Mach?
- ¿Eso es todo? Claro, me encantaría.
Y de paso, ¿cómo va todo por Garreg Mach?
- Desalentador. Ni los Caballeros de Seiros
[cdb]ni las murallas del monasterio bastan para contener
[cdb]el inmenso poder militar del Imperio.
- Me atrevo a decir que no tenemos ni un segundo
[cdb]que perder. Prepárate para el despliegue inmediato.