- Ajá.
- Mmm...
- Parece que está leyendo otra vez.
¡¡¡Ignatz, ¿cómo va ese libro?!!!
- ¡Eh! ¿Puedes dejar de darme esos sustos?
- Perdón. Así que tienes más libros, ¿eh?
Parecen caros.
- Estaban olvidados en el desván de mi familia.
Le pedí a mi hermano que me los enviara.
- Vengo de una familia de mercaderes.
En realidad, todos estos libros están a la venta.
- Pero como llevan años sin venderse,
[cdb]me los ha mandado sin decírselo a mi padre.
- Preguntar a Ignatz por su hermano.
- Preguntar a Ignatz por su padre.
- Tu hermano parece un buen tipo.
¿Os lleváis bien?
- Cuando éramos jóvenes, no tanto. Ahora supongo
[cdb]que sí. Nos escribimos mucho.
- ¿Tu padre es muy estricto?
- No tanto. Pero sí que se toma el negocio
[cdb]muy, muy en serio.
- Mi padre es bastante cuadriculado... Al menos
[cdb]con mi hermano se puede hablar de todo.
- Y me hace caso hasta con mis rarezas.
Por eso siempre recurro a él.
- Quizá le doy pena porque me hice caballero
[cdb]por el bien de la familia.
- Entonces no querías serlo en realidad.
- Bueno, tampoco es eso. Lo hice para ayudarlos.
- Ahora que soy caballero de la Casa Gloucester
[cdb]he entablado muchos lazos con la nobleza.
- Si consigo que eso me sirva para ayudar
[cdb]al negocio familiar, estaré feliz con mi decisión.
- Si tú lo dices... ¿Qué libros tienes esta vez?
- Un montón de diarios de viajes y colecciones
[cdb]de cartas de lugares remotos.
- Aunque la vida duela, todo se me olvida cuando leo
[cdb]estos libros y me imagino viajando.
- ¿Acabas de decir que te duele vivir?
Sabía que no eras feliz.
- Te encantaría viajar por el mundo y pintar
[cdb]todos esos paisajes que te gustan, ¿verdad?
- ¿Qué? ¿Y tú cómo sabes eso?
- Tampoco lo estás ocultando. Por aquí tienes libros
[cdb]sobre técnicas pictóricas, preparación de pigmentos
[cdb]y temas de ese tipo.
- Sí, la verdad es que me encanta pintar.
- Y sé que el mundo está lleno de lugares maravillosos
[cdb]que no alcanzo ni a imaginarme.
- Ojalá pudiera verlos con mis propios ojos
[cdb]y trasladarlos a un lienzo...
- Solía fantasear con dedicarme a eso...
Pero ahora las cosas son diferentes, ¿sabes?
- No me arrepiento de haberme convertido en caballero,
[cdb]y no lo hice únicamente por el bien de mi familia.
- Quiero aportar mi granito de arena al futuro de Fódlan.
Es mi responsabilidad tanto como la de cualquiera.
- Creo que ese sentimiento crece con cada batalla.
- Ay, quizá te he parecido un arrogante.
Perdona. No dejo de hacer el ridículo.
- Bueno. Ya me has dejado claro que no te arrepientes
[cdb]de tu decisión, así que dejaré de molestarte.
- Pero esta guerra terminará algún día.
¿Y si conservas algún que otro sueño para entonces?
- Quizá lo haga.