- Hola. ¿Tienes un minuto?
- ¿Mmm? ¿Qué tal, Ignatz?
¿Por fin te vas de viaje para ver mundo?
- No, qué va. Hoy no quería hablarte de mis sueños.
- Siempre me preguntas por mí,
[cdb]pero nunca hablas de ti.
- Así que creo que ya me toca a mí.
Has despertado mi curiosidad.
- Contarle un chiste.
- Asentir.
- ¿Qué pasa? ¿Te has enamorado de mí o qué?
- ¿Eh? ¡No! A ver, me caes bien,
[cdb]pero no me gustas de esa forma.
- Tranquilo, estaba de broma. No te pongas nervioso.
A ver, ¿qué quieres saber?
- Pues adelante. ¿Qué querías preguntarme?
- Bueno, yo te he contado cuáles son mis sueños.
Quería saber más sobre los tuyos.
- ¿Mis sueños?
- Vivir la vida sencilla de una mercenaria.
- Nunca he pensado mucho en eso.
- Creo que ser mercenaria e ir adonde me lleve
[cdb]el viento es un buen plan.
- ¿Quieres seguir siendo mercenaria
[cdb]cuando termine la guerra?
- No lo sé. Tampoco lo he pensado mucho.
- ¿En serio? ¿Hay algo que quieras hacer
[cdb]cuando termine la guerra?
- Seguir con mi vida de mercenaria.
No tengo muchas más opciones.
- Pero en algún momento se firmará la paz
[cdb]y no tendrás que volver a luchar.
- Sí, pero eso es lo que he estado haciendo
[cdb]desde antes de que estallara la guerra.
Sería como recuperar mi antigua vida.
- Matar monstruos, proteger pueblos...
Hay mucho que hacer incluso en tiempo de «paz».
- ¿Y quién te asegura que no aparecerá algún enemigo
[cdb]de un territorio más allá de Fódlan?
- Quizá sea cierto, ¿pero no te resulta difícil
[cdb]tener que estar peleando constantemente?
- Ningún trabajo es fácil, pero la vida
[cdb]de mercenaria encaja con mi personalidad.
- No me imagino asentada
[cdb]y echando raíces en ningún sitio.
- Sí, y tanto.
- ¿Ah, sí?
- Perdona. Quería decir que no pareces el tipo de persona
[cdb]a la que le gusta atarse a nada.
- ¿Eso crees? Bueno, sea como sea, el objetivo es
[cdb]ganarme el pan con mi espada,
[cdb]siempre que el cuerpo aguante.
- ¿Y tú qué, Ignatz? ¿Vas a seguir siendo caballero
[cdb]cuando todo esto termine?
- No lo tengo claro. Lo decidiré a su debido tiempo.
- Pero si cumplo con mi deber como caballero
[cdb]en algún momento...
- Supongo que entonces podré
[cdb]hacer realidad mis sueños.
- Si eso pasa, ¿crees que te gustaría acompañarme
[cdb]y ser mi guardaespaldas?
- Piensa que, cuando llegue ese día, seré la mercenaria
[cdb]más solicitada de Fódlan. Te voy a costar cara.
- ¿En serio? Entonces tendré que trabajar mucho
[cdb]para ahorrar dinero. Me encantaría viajar contigo.
- Te tomo la palabra, Ignatz.
Contaré los días hasta entonces.