- ¿No hay nadie? Bien.
Ahora con cuidado... En silencio...
- ¿Bernadetta?
- ¡Aaaaah! ¡Vuelve al infierno del que saliste!
- ¡No he hecho nada malo, lo prometo,
[cdb]solo tenía mucha hambre!
- ¡Espera, Bernadetta! Hay un puñado de cajas por...
- ¡Ay! Ah, vaya, no...
- ¡¡Aaaaaah!!
- Ah...
- Bueno, me ha llevado un buen rato, pero por fin
[cdb]he podido limpiar todo esto.
- Lo siento mucho. De nuevo.
- ¿Por qué siempre me pasan este tipo de cosas?
- ¡Primero me topo contigo y luego las cajas
[cdb]están apiladas en un sitio distinto!
- Esto es lo peor.
- No esperaba encontrarme con nadie a esta hora,
[cdb]siento mucho haberte asustado.
- ¡Espera, no! ¡No quería decir que tú fueses lo peor!
- A ver, no es que quisiera verte, pero...
¡Espera, eso suena mal! Yo...
- No te apures. Creciste en el Imperio,
[cdb]así que es normal que me tengas miedo.
- Pero, si me permites, ¿por qué estabas en el comedor
[cdb]tan tarde?
- Un momento, ¿me estás interrogando?
¡¿Voy a ser ejecutada por la realeza?! ¡Noo!
- No digas tonterías. ¿Por qué iba a ejecutar
[cdb]a una camarada tan valiosa?
- Espera, ¿de verdad? ¡Más te vale que sea verdad!
¡No te dejaré vivir tranquilo si me mientes!
- No mentiría sobre algo como eso. De hecho,
[cdb]juro por la diosa que... no, por la tumba de mi padre.
- Vale, supongo que puedo contártelo: me perdí la cena
[cdb]porque me quedé encerrada en mi tienda.
- Pero luego me entró tanta hambre
[cdb]que no pude dormir, así que decidí salir aquí.
- Ya veo. ¿Y entonces?
- ¡Ah! ¡No intentaba robar comida, lo prometo!
- ¡Solo pensé que habría sobras o quizá a alguien
[cdb]se le habría caído una manzana bajo la mesa!
- Relájate, Bernadetta. No voy a juzgarte
[cdb]por lo que comas o por cuándo lo comas.
- ¡¿Vas a comerme?! ¡Nooo! ¡Mi sabor es horrible!
- Es rematadamente agotadora.