- (...)
- (...)
- Coco... No puedo más...
- ¿Hapi? ¿A qué te refieres?
Pareces un poco aletargada.
- Me estoy quedando dormida...
Pon fin a mi sufrimiento, por favor.
- ¿No puedes controlarte un poco?
¡Fuiste tú quien se ofreció de voluntaria
[cdb]para hacer la guardia!
- Lo sé. Pero cuando estamos las dos solas,
[cdb]me acuerdo de los viejos tiempos.
- Y me entran la nostalgia y el sueño.
Normalmente ya estaría en la cama a estas horas.
- Bueno, no puedo negarlo,
[cdb]yo también siento cierta nostalgia.
- No me puedo creer que sigamos juntas
[cdb]después de todo lo que ha pasado.
- Primero tuvimos que ayudar a los Caballeros
[cdb]y después acabamos en el ejército imperial.
- Cuando volviste al Imperio, creía que no te vería más.
Pero, mira tú por donde, volvemos a estar juntas.
- Tuvimos que quedarnos con la Iglesia
[cdb]durante un tiempo y después tuvimos la suerte
[cdb]de que nos acogiese la Federación.
- Qué locura, ¿verdad? No sé cómo describirlo.
Es como si fuésemos mejores amigas o algo así.
- ¿Ya te has olvidado de lo que me habías dicho?
- Dijiste que, si no te hiciese compañía,
[cdb]estarías tan sumamente desolada que solo sería
[cdb]cuestión de tiempo que empezases a suspirar.
- Era necesario que permaneciese contigo para evitar
[cdb]un desastre seguro. Como puedes ver,
¡no tenía más elección!
- ¿De verdad dije todo eso?
- ¡Por supuesto que sí!
Fue el mismo día que abandonamos el Abismo,
[cdb]si la memoria no me falla.
- Bueno, vale. Me pregunto qué estarán haciendo
[cdb]los demás del Abismo.
- Sabemos que Balthus y Yuri están sanos y salvos.
Y creo que, probablemente, a los demás también
[cdb]les irán bien las cosas.
- Estoy segura de que todos estarán sanos y salvos.
Igual que nosotras...
- Sí, seguro que tienes razón.
- ¿Alguna vez deseas que pudiésemos volver
[cdb]a los días del Abismo?
- ¿Yo? No, qué va.
- La mayoría de la gente aquí no sabe lo de mi poder.
Me tratan como a una persona normal.
- Cierto...
- Además, tú estás aquí.
Tal y como dijiste, me sentiría sola sin mi Coco.
- ¿Y tú? ¿Te sentirías sola sin mí?
- Bueno, sola no es la palabra que emplearía...
- Mmm... Entonces solo yo me sentiría así, ¿no?
- ¡Bueno, vale! ¡Sí!
¡Estaría completamente desesperanzada
[cdb]si no estuvieses aquí!
- Por fin. No era tan difícil decirlo, ¿verdad?
Me alegro de que lo hayas admitido.
- ¿Lo sabías? Mmm.
¿Por qué siempre me gastas estas bromas?
- Venga ya, te alegraste mucho cuando me presenté
[cdb]voluntaria para esta guardia, ¿verdad?
- Si, bueno, verás...
eso fue porque ya me la habían asignado.
- Solo pensé que sería más fácil tener a una compañera
[cdb]con la que ya tuviese cierta familiaridad.
- ¡Yo pensé lo mismo! Por eso me presenté voluntaria.
Sabía que tú serías mi compañera, Coco.
- ¡Uf! ¡Contigo no gano ni una!