- ¡Ah, Garreg Mach! ¡Sigues brillando tanto
[cdb]como el día en que me fui entre llantos!
- No querrás tanto este lugar
[cdb]si le dedicas un ripio tan burdo.
- ¡¿Burdo?! Pues que sepas que esos versos
[cdb]pertenecen a una de mis óperas favoritas.
- No obstante, admito que quizá me he dejado llevar
[cdb]porque tengo la cabeza aún aturdida por la batalla.
- Entiendo perfectamente lo que quieres decir.
Garreg Mach tiene algo... especial.
- Y nuestra victoria aquí tendrá un impacto brutal
[cdb]en la guerra, ¿verdad?
- Sí, esto debería bastar para atraer a los nobles
[cdb]más indecisos a nuestra causa.
- Ojalá pudiera dejar de sentirme culpable
[cdb]por dar de lado así a la Iglesia...
- Aunque la decisión de luchar con Edie fue mía,
[cdb]y seré fiel a ella hasta el final.
- Ya veo. En ese caso, proceded según lo previsto.
Desplegad las unidades de seguimiento de inmediato.
- Enseguida, majestad.
- Así que Rhea y los demás escaparon con la ayuda
[cdb]de una gran bestia blanca, ¿no es así?
- Es casi como si la leyenda de la Furia Blanca
[cdb]que salvó a santa Seiros hubiera cobrado vida.
- Aunque la forma en la que ha surgido de la nada
[cdb]es desconcertante.
- Sabía que no teníamos que vérnoslas con lady Rhea.
¡Da mucho miedo!
- Me voy de vuelta a mi cuarto y me quedaré allí
[cdb]eternamente, ¿vale? Decidido.
- Haz lo que quieras, Bernadetta, pero recuerda
[cdb]que tu padre llegará a Garreg Mach pronto.
- Estamos en una sede de la Iglesia de Seiros,
[cdb]el lugar donde le corresponde estar como obispo.
- ¿En... en serio?
- En ese caso, creo que me olvidaré del monasterio
[cdb]y me iré con vosotros.
- Bien. Ten en cuenta que ahora vamos hacia el Reino.
- ¿El Reino? No gusta nada el frío a mí,
[cdb]pero intento sonreír cuando siento.
- Vosotros decís a mí dónde están enemigos.
Yo los persigo hasta que acabaría con ellos.
- No te precipites, Petra. En función del enemigo,
[cdb]tendremos que capturarlo o matarlo.
- Ya hemos perdido demasiado tiempo.
Tenemos que encontrar a Rhea, y la necesitamos viva.
- Hace dos años, jamás habría imaginado
[cdb]que libraríamos una guerra como esta.
- Hace dos años, jamás habría imaginado
[cdb]que libraríamos una guerra como esta.
- Has dicho «librar», pero creo que quieres decir
«instigar». Seamos claros sobre nuestro papel.
- Aunque estos acontecimientos te son favorables, ¿no?
- ¿A qué te refieres?
- ¿A qué te refieres?
- Cuando estalla la guerra, aparecen mercenarios
[cdb]hasta debajo de las piedras.
- Esos socios tuyos deberían ser lo bastante fuertes
[cdb]como para derrotar... a quien ya sabes.
- Asentir con la cabeza.
- Increpar a Arval.
- ¿Los Mercenarios de Jeralt? Sí, toda la razón.
- ¿Los Mercenarios de Jeralt? Sí, toda la razón.
- No son solo «socios». No tenían por qué confiar
[cdb]en un mercenario vagabundo como yo.
Pero lo hicieron, y eso los convierte en mis amigos.
- No son solo «socios». No tenían por qué confiar
[cdb]en una mercenaria vagabunda como yo.
Pero lo hicieron, y eso los convierte en mis amigos.
- Aun así, probablemente tengas razón.
Esta será una gran oportunidad
[cdb]para hacer salir a la luz a los Mercenarios de Jeralt.
- Aun así, probablemente tengas razón.
Esta será una gran oportunidad
[cdb]para hacer salir a la luz a los Mercenarios de Jeralt.
- ¡Así podrás darles su merecido o morir en el intento!
- La última parte de la frase sobraba, ¿eh?
- La última parte de la frase sobraba, ¿eh?
- ¡Relájate! Sabes que estoy de tu parte.
Nuestros destinos están entrelazados para siempre.