Nunca había visto a las gentes de Sreng luchar
[cdb]con tanta ferocidad... y su líder infundía
[cdb]auténtico terror.
Aun así, creía que ese hombre sería
[cdb]lo bastante sensato como para no intentar abrirse paso
[cdb]luchando hasta Faerghus.
Suponer que alguien instigó a las fuerzas de Sreng.
Afirmar que las fuerzas de Sreng subestiman tu fuerza.
Parece que alguien prendió un fuego en su interior.
Parece que alguien prendió un fuego en su interior.
Seguramente los convencieron de que esta era
[cdb]su oportunidad para acabar con el Reino, dado
[cdb]que el Imperio nos había ocupado.
Seguramente los convencieron de que esta era
[cdb]su oportunidad para acabar con el Reino, dado
[cdb]que el Imperio nos había ocupado.
Pero ¿quién ha podido ser ese instigador?
¿Alguien de Adrestia, quizá?
No podemos descartar a Cornelia y a los suyos.
Son como un sarpullido que no se va.
Seguramente no se dieron cuenta de lo sobrepasados
[cdb]que estarían. Es decir, jamás se habrían esperado
[cdb]que el mismo Rey fuese a aparecer para contenerlos.
Seguramente no se dieron cuenta de lo sobrepasados
[cdb]que estarían. Es decir, jamás se habrían esperado
[cdb]que el mismo Rey fuese a aparecer para contenerlos.
Pero las tres casas norteñas siempre han luchado
[cdb]juntas contra las fuerzas de la región de Sreng.
Además, saben que el Reino al completo caería
[cdb]sobre ellos si presionaran demasiado.
Sylvain tiene razón. No ha sido un error de cálculo,
Creo que alguien les ha estado susurrando
[cdb]sugerencias.
¿Espionaje del Imperio?
¿O quizá Cornelia y sus amigos?
Llevará tiempo averiguar la verdad.
Pero, aunque alguien haya ejercido cierta influencia
[cdb]en los clanes de los Sreng, sigo siendo culpable.
No tendría que haber educado a ese hombre.
No te culpes, padre.
Las gentes de Sreng no hablan la lengua de Fódlan.
De no haberlo aprendido...
Pero Sylvain solo fue capaz de llegar hasta él
[cdb]como resultado de tus enseñanzas.
Y, aunque sus palabras carecían de compasión,
[cdb]fue increíble escucharlo hablar.
Me criaron para pensar que el pueblo de Sreng eran
[cdb]demonios que emergían de manera espontánea
[cdb]de la tundra nevada.
Teniendo eso en cuenta, intercambiar siquiera
[cdb]unas pocas frases con ellos parece un milagro.
(...)
Estoy de acuerdo con su majestad. Nunca lograremos
[cdb]la paz sin entendernos los unos a los otros.
Y sabes bien que no podemos acabar con esto
[cdb]solo con la fuerza bruta de las armas, padre.
Ya comprendemos a nuestro enemigo perfectamente.
Luchan por un puerto que no esté bloqueado
[cdb]por el hielo y por tierras que sean cálidas y fértiles.
Mas Faerghus no es precisamente una región opulenta
[cdb]y no hay nada de lo que podamos prescindir.
Así que, ¿cómo pretendes exactamente
[cdb]que alcancemos esa paz entre tanta escasez?
No lo sé... aún; pero seguiré buscando la manera,
[cdb]incluso si me lleva la vida entera.
¡Bah! ¡Sigues siendo tan ingenuo como siempre, niño!
¡Matthias, espera! Mis disculpas, majestad.
Iré a hablar con él. Deberías prepararte para volver.
Lo que dice el marqués es razonable, pero también
[cdb]percibo honestidad en tus palabras, Sylvain.
Ah, soy honesto, desde luego. Arrastraré
[cdb]a nuestro pueblo hasta la paz, así sea a la fuerza
[cdb]si es lo que tengo que hacer.
Animar a Sylvain.
Expresar tu preocupación por su plan.
La paz con Sreng no me parece un ideal imposible.
Seguro que encontrarás la forma de conseguirlo.
La paz con Sreng no me parece un ideal imposible.
Seguro que encontrarás la forma de conseguirlo.
Je, gracias. Eso... significa mucho.
¿Lo dices en serio? Han luchado a muerte y el único
[cdb]con el que pudimos hablar era el comandante.
¿Cómo se consigue la paz así?
¿Lo dices en serio? Han luchado a muerte y el único
[cdb]con el que pudimos hablar era el comandante.
¿Cómo se consigue la paz así?
Puede que esto os sorprenda, pero lo cierto
[cdb]es que hablo algo del idioma de los Sreng.
De todas formas, debemos eliminar esta amenaza
[cdb]si aspiramos a liberarnos del poder de las reliquias.
Aun así, no hay razón para hacerlo por la fuerza
[cdb]y la sangre si alguna otra forma bastara.
Valoro tu forma de pensar, Sylvain. De verdad que sí.
Y siempre me impresiona lo mucho que odias
[cdb]la guerra, teniendo en cuenta lo bien que se te da.
¿Tu padre estará bien? No se ha tomado bien
[cdb]tu opinión, precisamente.
¿Tu padre estará bien? No se ha tomado bien
[cdb]tu opinión, precisamente.
Créeme, llevo siendo su hijo lo suficiente para saber
[cdb]que los sentimientos que guarda pueden llenar
[cdb]una biblioteca.
Si de verdad pensara que soy algún tipo
[cdb]de idiota ingenuo, se lo hubiera guardado para sí.
Hay algo más que le ronda la mente en este asunto.
Estoy seguro de ello.
Ahí estás, Matthias.
¿Recuerdas la noche del baile, Rodrigue?
¿En nuestros días en la Academia?
Lambert, tú y yo nos cansamos de las festividades
[cdb]y nos marchamos para entrenar por nuestra cuenta.
¿Cómo olvidarlo? Las estrellas de aquel cielo eran
[cdb]todo un regalo para la vista.
Hablamos de toda clase de cosas aquella noche.
Fue la primera vez que comentamos nuestros sueños
[cdb]sobre el futuro... y también la última.
Lambert nos dijo que esperaba forjar la paz
[cdb]entre Faerghus y los pueblos de Sreng y Duscur.
¡Ja! Desde luego que sí. Y una vez nombrado rey,
[cdb]hizo lo que pudo por lograrlo.
Puede que lo de Sreng fuera una causa perdida,
[cdb]pero trabajó incansablemente por traer a Duscur
[cdb]al redil.
Aquella noche le llamé ingenuo. Su sueño sonaba
[cdb]como esas fábulas y cuentos de la infancia.
Pero ahora, me pregunto si no fui yo el ingenuo.
Siempre veía el gran panorama de las cosas,
[cdb]veía todo el continente revelándose ante él.
Pero ¿yo? He perdido a demasiados a lo largo
[cdb]de los años, y su sangre nubla mi visión.
Nunca podré ver las cosas como él lo hizo.
¿Podría haber realmente una senda hacia la paz?
No has cambiado ni un ápice, Matthias.
Si lamentas lo que le has dicho a Sylvain, te sugiero
[cdb]que lo encuentres y te disculpes antes de que vaya
[cdb]a más.