Ah, hola, Ingrid. No se te ve a menudo rondando
[cdb]las calles así.
¡Ah! Eh, había salido a dar un paseo. ¿Qué hay de ti?
¿Has venido de compras?
Sí, Dedue me pidió que consiguiera unos ingredientes
[cdb]para la cena.
Bueno, si lo que quieres es comprar comida,
[cdb]entonces deberías ir al paseo arbolado del río.
Eh, ¿por qué estás tan nerviosa?
No estarás escondiendo algo, ¿no?
¿Qué? ¿Yo? ¡No, para nada! No es nada, de verdad.
Es que... me sorprende la de cosas que se encuentran
[cdb]aquí.
No tiene nada que ver con los pequeños pueblos
[cdb]que salpican el resto del Reino, eso seguro.
Sí, Galatea es una de las regiones que se ha tenido
[cdb]que enfrentar a tiempos particularmente difíciles
[cdb]últimamente.
Una ciudad preciosa como esta, repleta de gente feliz,
[cdb]apenas parece pertenecer al mismo Reino que
[cdb]las tierras yermas y marchitas a las que llamo hogar.
La calle repleta de forjas es un regalo para la vista,
[cdb]por no mencionar los maravillosos aromas
[cdb]que el viento trae de los puestos de comida...
Ah, perdón. Me he dejado llevar por el momento.
En cualquier caso, es genial ver cómo ha prosperado
[cdb]esta ciudad.
Coincidir con ella.
Invitarla a ir a los puestos de comida.
No te preocupes, entiendo por qué lo dices.
Tampoco parece que aquí haya crimen siquiera.
Supongo que tengo mucho que aprender
[cdb]de esta ciudad como futura condesa de Galatea.
Oye, ¿quieres venir a echar un vistazo a los puestos
[cdb]conmigo? Podemos comprar algo de picar
[cdb]y seguir paseando si quieres.
Vi unas brochetas de carne cuando pasé antes
[cdb]que tenían muy buena pinta, y en esta época
[cdb]se encuentran la mejor fruta y pescado frescos.
¡¿De verdad?! Me encantaría probarlas.
Aunque no sería apropiado para la futura condesa
[cdb]de Galatea abandonarse al espíritu festivo...
Oye, hablando de lo cual,
¿has decidido ya qué quieres hacer?
Por el momento, no. De hecho, parte del motivo
[cdb]de venir aquí hoy fue para investigar un poco más.
El sueño de mi vida es ser caballero de su majestad,
[cdb]tal y como hizo mi difunto prometido.
Y aunque no llegue a ser miembro de la caballería
[cdb]como él, debe de haber alguna forma de proteger
[cdb]a su majestad de forma similar.
Quizá pueda enseñar agricultura a la gente
[cdb]de mi casa para que puedan viajar por el Reino
[cdb]cultivando la tierra de aquellos que lo necesitan.
No es mala idea. Desde luego, es una tarea
[cdb]poco común para una condesa, pero seguro
[cdb]que será bien recibida.
Y si te las apañas para ayudar al Reino a prosperar
[cdb]en el proceso, la gente estaría cada vez más satisfecha
[cdb]con el reinado de la familia real.
Desde luego, es una forma de proteger al Rey.
Animarla a ello.
Preguntar si puedes colaborar.
Si ese es el camino que deseas elegir, haré
[cdb]lo que pueda para ayudarte. Después de todo,
[cdb]para eso están los amigos.
En ese caso, ¿qué te parecería cooperar conmigo
[cdb]cuando haya heredado el título de mi familia?
Tal y como Tobias hizo con mi abuela.
A que lo adivino: me pedirás que venga
[cdb]a por brochetas todos los días para ahorrarte
[cdb]el viaje hasta la ciudad.
¿Qué? ¡Jamás lo haría!
Solo estaba de broma, no te preocupes.
Pero de verdad que quiero ayudar. Creo en ti, Ingrid.
Si así es como va a ser, quizá pueda ofrecerme
[cdb]a colaborar cuando por fin tengas el título
[cdb]de condesa de Galatea.
Podría ser tu mercenario personal,
[cdb]justo como Tobias lo era para tu abuela.
Sabes la cantidad de trabajo que eso supondría,
¿verdad?
Mi abuela tenía a esos mercenarios haciendo de todo
[cdb]de sol a sol.
Bah, puedo encargarme de lo que me echen,
[cdb]sin problema. Hasta que me pidieras que te trajese
[cdb]brochetas de la ciudad para ahorrarte el viaje.
¿Qué? ¡Jamás lo haría!
Aun así, gracias por la oferta. Te lo tendré en cuenta.
Mi abuela tenía a esos mercenarios haciendo de todo
[cdb]de sol a sol.