- Ah.
- Mmm.
- Hola, Ignatz. ¿Qué estás leyendo?
- Oh...
- Está claro que no me ha oído. ¡¡¡Oye, Ignatz!!!
- ¡Eh! ¿Qué? Anda, eres tú. La próxima vez intenta
[cdb]no acercarte a mí tan sigilosamente.
- Perdón. Intentaba hablar contigo,
[cdb]pero parece que no te estabas enterando.
- Me pregunto qué estará leyendo.
- Estaba haciendo unos ruidos... raros.
- Te veo enfrascado en la lectura.
¿De qué va el libro? No parece que tenga
[cdb]que ver con tácticas de combate precisamente.
- Cierto. Es el Diario de viajes, una crónica de lugares
[cdb]más allá de las fronteras de Fódlan.
- Estabas haciendo ruidos muy raros mientras leías.
¿Has comido algo que te ha sentado mal?
- ¡Qué va! El Diario de viajes está repleto de imágenes
[cdb]muy realistas y sorpresas increíbles. No puedo evitar...
reaccionar, por así decirlo.
- ¿En serio has estado cargando con tus libros?
Bueno, este en concreto parece estar bien.
- Sí, es fascinante. No se sabe quién lo escribió,
[cdb]pero fue alguien que viajó a todos estos sitios
[cdb]y documentó cada paso que dio.
- ¡Es increíble cómo cambian las cosas
[cdb]de un lugar a otro! Las plantas, los animales
[cdb]y hasta los minerales de la tierra.
- Además, la forma en que vive la gente de allí
[cdb]es muy diferente. Igual que sus comidas, sus ropas...
- Aunque lo que más me interesa es la arquitectura.
- Las ruinas de Fódlan son de estilos arquitectónicos
[cdb]antiguos que, por algún motivo, se encuentran
[cdb]también en islas remotas.
- Vale, vale. Ya te entiendo. Es como si estuvieras
[cdb]visitando esos lugares tú mismo.
- Bueno, intento meterme en la piel del autor
[cdb]cuando leo. Así que supongo que sí.
- Me encantaría viajar a todos esos sitios,
[cdb]pero no es tan fácil como parece.
- Sobre todo ahora que soy caballero.
- Preguntarle si no es feliz como caballero.
- Pasar por alto el tema.
- Por cómo lo dices, parece que nunca hayas querido
[cdb]convertirte en caballero.
- ¡Ah, no! No, no. ¡Claro que quería!
- Mmm.
- A ver, no es que me arrepienta de haberme hecho
[cdb]caballero ni mucho menos.
- No iba a preguntarte eso, pero... en fin.
Si te hace feliz, está bien.
- En cualquier caso, mi padre y mi hermano
[cdb]están encantados de que sea oficial.
- Suena a que te has hecho caballero por ellos.
- No es eso en absoluto. Sinceramente,
[cdb]estoy muy feliz con mi decisión.
- ¿Aunque ahora no puedas viajar?
- Sí. Al fin y al cabo, ahora me destinan
[cdb]a diferentes sitios para luchar.
- Aunque la prioridad siempre es la misión.
Tampoco es que me escape a pasear por ahí
[cdb]cuando me apetece.
- Ajá. Pero si pudieras lo harías, ¿verdad?
- ¿Por qué me sigues preguntando por esto?
Tanta pregunta está fu-fuera de lugar.
- Quizá no pueda viajar según mi voluntad,
[cdb]pero para eso están los libros;
[cdb]para ir adonde quiera con la imaginación.
- A mí me basta con eso.