Anda, si es nuestra amiga la mercenaria.
Ya te habrás adaptado a la vida en el Reino, ¿verdad?
Sí, más o menos. Había venido varias veces por trabajo,
[cdb]así que tampoco ha sido un cambio tan grande.
Pero nunca he vivido tan al norte como en Fhirdiad.
Aún tengo que acostumbrarme a un montón de cosas.
Como ese viento que te sopla directamente en la cara,
[cdb]el frío brutal que hace siempre, incluso en interiores,
[cdb]o el no poder salir después de una tormenta de nieve.
Una noche nevó tanto que no podía abrir la puerta
[cdb]por la mañana. Ese día pensé que no lo contaba.
Dicho así, hasta parece gracioso,
[cdb]pero los inviernos en Faerghus no son ninguna broma.
Son una bestia dura y despiadada.
¿Has aborrecido ya el frío entonces?
Decirle que te gusta.
Decirle que no te gusta.
No está tan mal. En realidad,
[cdb]lo que más molesta es la nieve.
Pero es tan bonita. Solo aquí he visto
[cdb]calles nevadas iluminadas con faroles.
Cuando era joven pensaba igual que tú.
Con la edad, empieza a volverse más incómodo.
Es horrible. Supongo que no soy la única que opina
[cdb]lo mismo después de ver cuánto nieva aquí.
De pequeña, me parecía algo mágico y precioso.
Pero ahora me doy cuenta de lo hostil que puede ser.
Sinceramente, a mí tampoco me apasiona la nieve.
Por no hablar de las innumerables vidas perdidas
[cdb]por el frío del invierno.
Aunque esta tundra salvaje es nuestro hogar.
No nos queda más remedio que adaptarnos, seguir
[cdb]y disfrutar de la vida que hemos construido aquí.
Adaptarnos... ¿como esos mensajeros que cambian
[cdb]los caballos por pegasos en invierno?
Exacto. Ver a esas criaturas majestuosas surcando
[cdb]los gélidos cielos es algo único en Faerghus.
No importa cuánta nieve cubra el suelo
[cdb]porque nuestros pegasos siempre están a la altura.
Cuando mi hijo y su majestad aún eran niños,
[cdb]persiguieron a uno hasta las montañas heladas.
Cuando los encontré, eran dos cuerpecitos
[cdb]acurrucados tiritando en el suelo.
Pensé que se me iba a parar el corazón.
Así que Felix lleva metiéndose en líos
[cdb]desde que era niño, ¿eh?
Su afición por el riesgo no ha cambiado.
Aunque me temo que ahora se ha agudizado.
Está claro que las adversidades de ser duque a su edad
[cdb]le están pasando factura.
No sé. No creo que tengas que preocuparte por él.
Puede arreglárselas solo sin problema.
Tienes razón. Quizá sea el momento de dejarle abrir
[cdb]las alas como ese pegaso al que persiguió hace tanto.
Parece que el próximo invierno traerá aún más frío
[cdb]a Faerghus. Y con él llegarán los estragos de la guerra.
Entrenar en estas condiciones será muy duro.
Y tampoco podemos permitirnos ignorar
[cdb]la amenaza de Sreng.
Gestionar nuestros territorios este invierno no será
[cdb]tarea fácil, pero confío en que nos adaptaremos,
[cdb]aguantaremos y saldremos adelante como siempre.
El próximo invierno, ¿eh? Tenemos que hacer
[cdb]lo que sea para que la guerra haya acabado antes.