- ¿Mmm? ¿Qué es esto?
- ¿Un montón de dibujos? A ver...
- Gato, gato, gato, paisaje, gato... Cuántos gatos.
- Anda, y uno mío jugando con un gato.
- ¿Hapi?
- Hola, Iggy. ¿Qué haces aquí?
- Mmm, ¡tenía que ocuparme de unos asuntos!
Nada importante, la verdad.
- ¿Hapi? ¿Qué es... lo que tienes ahí?
- ¿Estos dibujos? Ah, acabo de encontrarlos.
De hecho, en uno salgo yo.
- Me pregunto quién me habrá dibujado
[cdb]sin molestarse en... decírmelo.
- Sí, no es muy agradable.
- Sabes un montón sobre arte y todo eso, ¿no?
¿Se te ocurre quién puede ser el autor?
- Bueno, no es fácil adivinar el nombre del artista
[cdb]con tan pocos trazos.
- Sí, claro. Me refería a si conoces a alguien que dibuje.
- Mmm... Bueno, aparecen muchos gatos, así que...
¿quizá un amante de los animales?
- Puede ser. A ver, sí que pinta muchos gatos...
- (...)
- (...)
- Mmm, perdón por no haber ayudado mucho.
¡Tengo que irme!
- Espera. Gatos. No te he contado lo de los gatos.
- ¿Oh? ¡Uh!
- ¡Lo has dibujado tú, Iggy! No había manera
[cdb]de que supieras lo de los gatos.
- Eh...
- Me has mentido. No me lo puedo creer.
- ¡Perdona! ¡Siento mucho haberte dibujado
[cdb]sin tu permiso!
- No estoy enfadada por eso, Iggy,
[cdb]sino porque has intentado mentirme.
- Tienes razón. Lo he hecho y lo siento.
- Salía muy bien en tu dibujo, así que solo quería
[cdb]darte las gracias.
- Tú... ¿salías bien?
- Sí, por eso quería saber quién lo había pintado.
- ¿Y no estás enfadada por haberte dibujado
[cdb]sin preguntarte antes?
- Te acabo de decir que no.
- Tienes razón. Supongo que no te entendí bien.
- No pasa nada. ¿Puedo quedarme con el dibujo?
- ¡Claro! ¡Quédate con todos los que quieras!