Eh, Dedue. He estado pensando...
Faerghus ha cambiado mucho últimamente.
¿A qué te refieres?
No lo sé, pero es la sensación que me da cuando veo
[cdb]lo que ocurre en esta ciudad. ¿No te lo parece?
Aquí todos confían en ti incondicionalmente,
[cdb]aunque sirvas al Rey de Faerghus, alguien
[cdb]a quien deberían odiar con todas sus fuerzas.
Debe de haber costado mucho reconstruir
[cdb]esa confianza. Estoy impresionada, sinceramente.
El logro no es mío. Su majestad lleva
[cdb]mucho tiempo esforzándose por que así sea.
Vaya, dicho así, me hace pensar
[cdb]que debe de haber estado mucho tiempo planeándolo.
Es decir, mucha gente solía decir que no estaba bien
[cdb]de la cabeza cuando te eligió como vasallo,
[cdb]pero está claro que tenía razones para hacerlo.
Sí, aún oigo los ecos de los cuchicheos.
Eran constantes en el castillo.
Me llevó a preguntarle a su majestad
[cdb]por qué me salvó la vida.
Me contestó que ni la fe ni el origen importan
[cdb]cuando la vida de una persona corre peligro.
¡Ja! Lady Rhea me dijo lo mismo.
Me salvó una vez, hace mucho tiempo,
[cdb]justo como Dimitri hizo contigo.
Dos veces, en realidad, y eso que no soy
[cdb]para nada religiosa.
Deben llevar en la sangre no abandonar nunca
[cdb]al necesitado.
Quizá su majestad y la Arzobispa no sean
[cdb]tan diferentes como pensaba.
Cierto. Ninguno ha permitido que sus elevadas
[cdb]posiciones se les suban a la cabeza.
Eso también lo tienen en común.
No estoy seguro de comprender lo que dices.
Bueno, pese a su papel de Arzobispa, no es raro
[cdb]encontrarse a lady Rhea en un orfanato,
[cdb]jugando con los niños.
Y Dimitri es igual, ¿verdad? He oído que,
[cdb]sin ir más lejos, el otro día estaba enseñándoles
[cdb]a unos críos de pueblo a luchar.
Sí, eso es cierto.
Aunque preferiría que ocupara su tiempo libre
[cdb]descansando.
Eh, ayudar a gente también relaja a su manera, ¿no?
Así que si asegurarte de que haya descansado es parte
[cdb]de tu trabajo, yo digo que dejes que haga
[cdb]lo que crea conveniente.
Mmm, esa es una forma de ver las cosas.
Pensaré en ello.
Supongo que seguramente nos entenderemos el uno
[cdb]al otro mejor que la mayoría, ya que servimos
[cdb]a líderes muy parecidos.
¿Sugieres que tú y yo también tenemos mucho
[cdb]en común?
Puede. En cualquier caso,
[cdb]ha sido un verdadero placer hablar contigo.
Si tuviera que aventurarme, diría que hemos pasado
[cdb]por los mismos altibajos en esta vida.
Apuesto a que, con el tiempo,
[cdb]hasta nos haríamos amigos. Siempre y cuando
[cdb]nuestros jefes sigan cayéndose en gracia.
Coincido. Aunque si fuera cada uno por su lado...
Caray, tampoco hace falta ponerse en lo peor.
Creo que ambos sabemos qué ocurriría
[cdb]si alguna vez deciden cruzar espadas.
Nos mataríamos el uno al otro sin dudar un segundo.
Seguro que eso también lo tenemos en común.