- Me alegro de estar de vuelta en Enbarr.
Al menos, hace bastante más calor que en el Reino.
- ¿Cómo estáis, majestad?
Espero que hayáis podido descansar.
- Parece que nunca dejáis de trabajar
[cdb]a no ser que alguien os lo impida físicamente.
- He estado descansando más que Hubert. Ya es algo.
- Y estamos aquí charlando en los jardines, ¿no?
- Muy cierto. Y, sinceramente, un pequeño instante
[cdb]de vuestro tiempo ya es toda una bendición.
- Aunque os recomiendo que busquéis a alguien mejor
[cdb]que Hubert con quien comparar vuestro trabajo.
- Proponerle tomar el té con ella.
- Proponerle quedarte a solas un rato.
- Aquí es donde los nobles os reunís en torno a la mesa
[cdb]para tomar el té, ¿verdad? Parece una buena forma
[cdb]de relajarse un poco.
- Aquí es donde los nobles os reunís en torno a la mesa
[cdb]para tomar el té, ¿verdad? Parece una buena forma
[cdb]de relajarse un poco.
- ¿Un té? No me importaría tomarlo si estuviera
[cdb]a solas con su majestad, pero...
- ¿Sabes lo que necesito? Pasar tiempo solo.
Voy a relajarme y a descansar un rato.
- ¿Sabes lo que necesito? Pasar tiempo sola.
Voy a relajarme y a descansar un rato.
- Tienes razón. Cuando se está ocupado,
[cdb]relajarse es un auténtico lujo.
- ¿Mmm? ¿Qué pasa en la sala del trono?
- Hubert, ¿qué ocurre?
- ¡Intrusos en palacio, majestad!
- Han entrado por uno de los pasadizos secretos
[cdb]y van en vuestra búsqueda.
- He enviado a soldados para interceptarlos,
[cdb]pero deberíamos prepararnos para cualquier cosa.
- ¿Crees que son las Serpientes de las Tinieblas?
- No lo sé... pero no pueden haber accedido
[cdb]por el pasadizo sin ayuda de alguien de dentro.
- Porque solo unos pocos saben de su existencia
[cdb]y podrían guiar a los intrusos.
- Majestad, ¿os importaría venir aquí?
- Hubert, ¿de verdad sospechas de él?
- Hubert, ¿de verdad sospechas de ella?