- ¡Eso ha sido increíble! ¡Qué bien se te da
[cdb]blandir la espada!
- Oh, hola, Caspar. Tú también has estado... bien.
Espera, ¿no hemos tenido antes esta misma
[cdb]conversación?
- No sé. Tal vez sea porque siempre acabas fácilmente
[cdb]con los enemigos.
- ¡Parece que todavía me queda mucho trabajo
[cdb]por delante para alcanzarte!
- Animarle.
- Alardear.
- Ser humilde para variar.
- Bah. No podría hacer lo que hago si no viese
[cdb]lo mucho que te esfuerzas.
- Otra vez con esos comentarios, qué mal ganar tienes.
Puedes hablarme con toda la altanería que quieras,
¡pero te venceré!
- Tienes razón. Te propongo algo: yo seguiré ganando
[cdb]y tú podrás seguir mordiendo el polvo.
- Esto no es más que el principio,
[cdb]y no pienso rendirme sin luchar.
- ¿Que tú tienes que alcanzarme? En todo caso,
[cdb]soy yo quien tiene que alcanzarte a ti.
- Qué comentario tan cortés, ¡pero no me detendrás
[cdb]con eso! ¡No pienso bajar el ritmo!
- En fin, ¡sigamos entrenando!
¡Esta vez te voy a dejar con la boca abierta!
- ¡Vamos allá!
- Bueno, espera un momento.
- ¿Qué ocurre ahora?
¿Intentas romper mi concentración?
- No es eso. Estaba pensando que últimamente
[cdb]hemos entrenado mucho juntos.
- Y si hacemos los mismos ejercicios a la misma
[cdb]intensidad,
- ¿no nos fortaleceremos al mismo ritmo?
Así nunca cambiará la diferencia entre nosotros.
- ¡Argh! Tienes razón.
- Sí, tienes toda la razón. Pero ¿sabes qué?
¡No me importa!
- ¿No te importa?
- ¡No! No quiero entrenar a tus espaldas para poder
[cdb]ejercitarme en secreto.
- Me parece de lo más tedioso, es casi como hacer
[cdb]trampas. ¡Quiero que nos enfrentemos cara a cara!
- Aunque hagamos los mismos ejercicios, ¡te superaré
[cdb]sin problemas! ¿Has recuperado ya tu fervor?
- Responder con descaro.
- Calmarle.
- ¿Mi fervor? Amigo mío, soy puro fuego.
Estás a punto de quemarte, créeme.
- ¡Solo hay una forma de averiguarlo!
¡Y apuesto a que esta vez ganaré!
- La verdad es que no. Pero esa idea es muy propia
[cdb]de ti.
- ¿Cómo que la verdad es que no?
Vaya, supongo que no siempre se puede ganar.
- ¡Da igual! ¡Nos enfrentaremos, te guste o no!
¡Seguro que te gano, ya lo verás!
- Tu concentración es increíble, Caspar.
Resulta casi impresionante.
- Una cosa está clara, gente como tú no suele unirse
[cdb]a grupos de mercenarios.
- ¿Ah, no? No tenía ni idea.
- En fin, ¡vamos a esforzarnos al máximo!
¡Cuanto más fuertes nos hagamos, antes podremos
[cdb]poner fin a la guerra!
- Y, al fin y al cabo, esa es la meta.
No deberíamos olvidarlo.