Hola, Ashe. No mucho. Estoy echando un vistazo
[cdb]a este libro de tácticas. ¿Te lo has leído?
Por supuesto. Si mal no recuerdo, fue muy popular
[cdb]en Leicester hace unos años.
Lo tomé prestado en el monasterio,
[cdb]pero era tan denso que tardé siglos en acabarlo.
Es bastante pesado, eso es cierto, pero también
[cdb]hay cosas muy útiles, si se consigue ver más allá
[cdb]de la redacción.
Un momento, ¿tú no naciste en una remota
[cdb]aldea montañesa del territorio de los Ordelia?
Eh, sí. ¿Por qué lo preguntas?
Supongo que me sorprende verte apañártelas
[cdb]con un libro así de denso, dados tus orígenes.
Quiero decir que se da por hecho que los hijos
[cdb]de nobles y de familias adineradas aprenden a leer,
[cdb]pero la mayoría de plebeyos no tiene esa oportunidad.
Lo cierto es que llevo con la duda de quién te enseñó
[cdb]desde que estábamos en la Academia. Espero...
no haberte ofendido, solo es curiosidad.
No, no pasa nada. Mi madre me enseñó.
Bueno, mi madre adoptiva.
Ahora que lo pienso, es un poco raro que alguien
[cdb]tan inteligente como ella estuviera viviendo en mitad
[cdb]de la nada.
Mmm, seguro que tenía una buena razón para estar allí.
No sabría decirte, nunca le gustó hablar
[cdb]sobre su pasado, así que no sé más
[cdb]de lo que pude ver por mí misma.
Como mínimo, es obvio que recibió
[cdb]una buena educación. Eso es obvio solo con mirarte.
No solo sabes leer y escribir, sino también aritmética,
[cdb]además de saber manejarte con un mapa.
En ese sentido, no eres tan distinta
[cdb]al típico noble o caballero que ha nacido
[cdb]entre algodones.
Aceptar el halago de buena gana.
Expresar tus dudas.
¿De verdad lo crees?
Caray, vas a hacer que me ruborice.
Aunque he de agradecérselo a mi madre
[cdb]por criarme tan bien.
Sí, debía ser una mujer increíble.
¿En serio? Personalmente, no creo que sea para tanto.
¡Pero lo es! No hay muchas plebeyas
[cdb]cultas e ilustradas como tú.
No necesitan nada de eso para sobrevivir,
[cdb]así que no se consideran habilidades necesarias.
Sin ir más lejos, yo mismo no aprendí a leer
[cdb]hasta que conocí a Lonato.
Mmm, ahora que lo mencionas, nunca vi
[cdb]a ningún otro mercenario de mi compañía
[cdb]con un libro en las manos. Excepto la capitana, claro.
Me hace preguntarme dónde aprendería mi madre
[cdb]todo eso.
Pero me voy a quedar con la duda para siempre.
Ella falleció...