- Eso no es cierto.
- Pero...
- Ah, mira quién está aquí.
- No pareces una cría y no deberías
[cdb]preocuparte por eso.
- ¿De verdad lo piensas?
- Sí. Ahora que me fijo bien, diría que eres
[cdb]una joven muy guapa. Y no te falta madurez.
- Ah, entonces piensas que no parezco una cría...
- ¡Uf!
- ¡Perdona! ¡¿De qué vas?!
- Oye, ¿qué te pasa, Lysithea?
- Hace un momento estabas hablando
[cdb]con una niña, ¿no?
- ¿Antes? Ah, sí. ¿Y qué problema hay?
- ¿Te importa explicarme lo que le acabas de decir?
- ¿Cómo? ¿Le he dicho algo raro?
- Voy a refrescarte la memoria: «Ahora que me fijo
[cdb]bien, diría que eres una joven muy guapa.
Y no te falta madurez».
- ¡Me soltaste exactamente lo mismo! ¿Te acuerdas?
- No soy tonta, ¿eh? ¿Tú vas por ahí
[cdb]diciéndoles lo mismo a todas?
- Oye, espera, espera. Tranquilízate.
Ha sido un error, pero puedo explicarlo.
- A ver, ilústrame.
- Escúchame. Puede que ya lo sepas,
[cdb]pero dar consejos no es mi punto fuerte.
- Y, por algún motivo, la gente siempre me pide
[cdb]opinión sobre sus problemas.
- Nunca sé cuál es la mejor opción ni cómo responder.
Así que memorizo varias frases de historias
[cdb]para poder decir algo al menos.
- Y resulta que una de las frases incluye
[cdb]un cumplido para una chica...
- Entonces, ¿lo que me dijiste no se te ocurrió a ti
[cdb]sino a un personaje de ficción?
- Sí, en resumen, así es. Lo siento muchísimo.
- Y cuando la gente te pide consejo,
[cdb]te dedicas a repetir palabras sin sentido
[cdb]como si fueras un loro. ¡Es increíble!
- Pensé que era mejor eso que enfadar
[cdb]a la gente por ser demasiado sincera.
- ¡Escuchar la verdad siempre es preferible!
Entonces, dime, ¿qué piensas en realidad sobre mí?
- Recurrir a una frase de una historia.
- Usar tus propias palabras.
- Me cuesta muchísimo expresar
[cdb]lo que siento de verdad.
- Pero voy a intentarlo.
- No hace falta que te esfuerces tanto para impresionar
[cdb]a la gente. Estás mucho más guapa cuando eres
[cdb]tú misma, una persona extraordinaria.
- Si te soy sincera, la mitad de las veces
[cdb]ni yo entiendo cómo me siento.
- Pero voy a intentar expresarlo con palabras...
- A tu lado siempre me estoy riendo.
Eres muy interesante. Cuando estoy contigo
[cdb]no me apetece marcharme nunca.
- ¡Oh!
- Eso... ¿Eso es verdad? Qué bien.
Intentaré que no se me olvide.
- Siento haberte presionado. Ahora tengo
[cdb]que irme a resolver unos asuntos...
- Otra vez he acabado usando frases que no eran mías.
Pero, en realidad, es así como me siento...
Seguro que lo entenderá.
- Quería decirle que es muy divertida y que a su lado
[cdb]nunca me aburro, pero no sé si me he expresado bien.
Espero que lo haya entendido.