A veces, vengo aquí a disfrutar de la belleza
[cdb]pura de la naturaleza.
Espectacular, ¿verdad? Estar en este ambiente
[cdb]me relaja bastante.
Y que lo digas. Mi lugar favorito para dormir
[cdb]la siesta es la sombra de un árbol frondoso.
Suena muy cómodo.
(...)
Ignatz, siempre has querido ser pintor, ¿verdad?
¿Eh? Pues sí. ¿Cómo sabes tú eso?
Ah, muy fácil. Ya he descubierto todo sobre ti, amigo.
Todos tus secretos, preocupaciones, todo.
Estoy de broma, evidentemente.
Vale.
En realidad, tampoco fue tan difícil averiguarlo.
Me enteré de que no siempre quisiste ser caballero.
Y si uno se fija en tu forma de ver el mundo...
Solo queda una posibilidad: soñabas con ser pintor,
[cdb]pero renunciaste a ello antes incluso de lograrlo.
Mi padre quería que me hiciera caballero, sí.
Pero la decisión final fue únicamente mía.
Pero dejemos ese tema.
Lo que debería preocuparnos ahora mismo es
[cdb]la inestabilidad entre los nobles de la Alianza.
Lo que debería preocuparnos ahora mismo es
[cdb]la inestabilidad dentro y fuera de las fronteras
[cdb]de Leicester.
Como caballero que soy, he de hacer todo
[cdb]lo que esté en mi mano para solucionarlo.
Tienes razón. La Alianza está sumida en el caos
[cdb]desde el ataque de Shahid.
Para poner fin a esta situación necesitaremos
[cdb]el apoyo de todas las familias nobles, pero las cosas
[cdb]no están saliendo como deberían.
Tienes razón. El desconcierto reinaba en toda
[cdb]la Alianza cuando nos atacó Shahid.
Pero por eso precisamente fundé la Federación.
Para poder solucionar cualquier posible conflicto.
Ojalá pudiese ayudar de alguna forma.
A ver... ¿Qué te parece si te enviamos
[cdb]en misión de reconocimiento?
¿Cómo?
Es fácil. Vas a todo tipo de lugares diferentes,
[cdb]recorres unos pocos pueblos y tomas nota
[cdb]de todo lo que veas y escuches mientras estés por allí.
Parece una tarea perfecta para ti, ¿verdad?
¿Seguro que soy la persona adecuada para ello?
Por supuesto. Quiero que viajes por el mundo,
Ignatz. Que veas las maravillas que puede ofrecerte
[cdb]con tus propios ojos.
(...)
¿Sabes? Creía que mi sueño de convertirme en pintor
[cdb]era un castillo en el aire; que renunciar sería
[cdb]mi única forma de avanzar en la vida.
Pero me has demostrado que no tiene por qué ser así.
Cuando termine la guerra, haré lo imposible
[cdb]por conseguir que se cumpla.
Muy bien. ¿Qué clase de sueño sería si abandonas
[cdb]el barco ante el más mínimo contratiempo?
Gracias, Claude.
Cuando ejerza por fin de pintor, te prometo
[cdb]que te haré un retrato.
Me parece bien. Ah, y que sea inmensamente grande
[cdb]para que dure siglos.