- ¡No, hermano! Cualquier cosa menos eso.
No puedes forzar a Annette a usar la reliquia.
- Tranquilízate. Solo le he ofrecido que la blanda,
[cdb]no la he enviado de cabeza a la boca del lobo.
- No pasa nada, padre.
Sé que soy la única que puede hacerlo.
- La moral de los soldados mejorará al ver
[cdb]el emblema de Dominic y nuestra reliquia
[cdb]de los héroes.
- Me avergüenza confiarte esta tarea
[cdb]cuando debería realizarla el cobarde de mi hijo.
- Dudo que podamos esperar a que Simon vuelva
[cdb]y blanda la reliquia, teniendo en cuenta
[cdb]lo rápido que nos ha abandonado.
- Sí, parece que no lo he criado como debía.
- Tendría que haberle enseñado cómo nuestra casa
[cdb]ha conseguido sobrevivir hasta ahora
[cdb]sin morirse de frío ni de hambre.
- No estés triste, tío.
Soportaré esta carga hasta que Simon vuelva.
- Pero, Annette...
- ¡Ya basta, padre! Deja de preocuparte.
Esto no es nada comparado con la situación
[cdb]de los soldados en el frente.
- Mucha gente lucha y muere en el campo de batalla,
[cdb]algunos de ellos son amigos míos.
- No pienso refugiarme en un lugar seguro
[cdb]mientras ellos combaten, sobre todo porque estoy
[cdb]en la mejor posición para ayudarles.
- Perdóname, Annette.
- Prométeme que echarás a correr si te ves en peligro.
Perderte sería demasiado para mí.
- Lo sé, padre. Hagamos todo lo que podamos
[cdb]para mantener nuestras tierras a salvo.