Lo es. Edelgard me lo reveló antes de marcharse
[cdb]a sofocar las revueltas de Enbarr.
El regente Volkhard von Arundel conspiraba
[cdb]con Tomas y sus truhanes.
Durante muchos años, lord Arundel fue
[cdb]un piadoso adepto de la Iglesia y sus enseñanzas.
Hasta que un día sus contribuciones cesaron sin más.
Al decirlo ahora, me doy cuenta de que un cambio
[cdb]tan drástico debía haber levantado sospechas.
Al igual que Tomas, se convirtió
[cdb]en una persona distinta casi de la noche a la mañana.
Aquí en Faerghus vivimos algo parecido.
¿Conocéis a la maga de la corte Cornelia?
La que acabó con la epidemia, ¿no?
Así que ella también...
En efecto. Tengo razones para creer que conspiró
[cdb]con lord Arundel para asesinar a mi padre.
Tenía asumido que habían sido agentes del Imperio
[cdb]que buscaban sembrar la discordia en nuestra región.
Pero en Arianhrod la mismísima Emperatriz
[cdb]fue atacada por un mago oscuro que podemos
[cdb]dar por sentado que estaba confabulado con Tomas.
Sean quienes sean estas personas, está claro que tienen
[cdb]sus propios objetivos en este conflicto.
En cuanto al hombre que apareció, ¿Thales, era?
Parecía que la Emperatriz lo reconoció.
Sí. También afirmó que ese tal Thales
[cdb]era el responsable de la muerte de mi padre.
Me resulta difícil tomar por cierta la afirmación
[cdb]de una enemiga acérrima... pero las piezas encajan.
Lo siento, ¿interrumpo algo?
Ha pasado mucho tiempo, Dimitri. Rhea.
Así es, Claude. Siento que hayas tenido que venir
[cdb]hasta Fhirdiad para esto.
Pues ya somos dos. Se me ocurren
[cdb]muchos sitios mejores para una reunión
[cdb]que esta vieja y fría capital vuestra.
Por supuesto, fui yo quien quiso pasarse por aquí.
Gracias por recibirme, Dimitri.
El Imperio ha estado ocupado últimamente.
Un levantamiento por aquí, un asedio por allá...
No sé si se cansarán de causar tanto caos.
Pero ahora quieren cruzar el Airmid y hacer
[cdb]exactamente lo mismo en territorio de la Alianza.
No creo que tardemos mucho en empezar
[cdb]a sufrir numerosas bajas.
Lo que me lleva al asunto en cuestión, ¿qué os parece
[cdb]si nos unimos y usamos nuestras fuerzas combinadas
[cdb]para acabar con el Imperio?
Me alegra oír tal propuesta, Claude.
Por más curtidos que estén nuestros soldados, incluso
[cdb]la fuerza combinada del Reino y Caballeros de Seiros
[cdb]palidece ante el poder abrumador de Adrestia.
Si aspiramos a conquistar su capital, necesitamos
[cdb]separar sus fuerzas entre el este y el oeste.
Y, dado que Enbarr se encuentra en la zona
[cdb]más meridional del Imperio, abrirse camino hasta allí
[cdb]no será tarea fácil.
Podría quedarme atrás, dispersando sus tropas,
[cdb]pero tienen nada menos que a la bestia
[cdb]del conde de Bergliez defendiendo el flanco este.
Atravesar territorio de los Hevring al oeste
[cdb]tampoco será coser y cantar. Los picos de Oghma
[cdb]no son precisamente un lugar muy acogedor.
Tienes razón. Cualquier intento de asalto frontal
[cdb]dejará exhaustas y agotadas a nuestras tropas
[cdb]antes de llegar siquiera a la capital.
Pero, oye, estáis de suerte: tengo un plan.
Una forma de centrarnos en Enbarr
[cdb]sin demasiado problema.
Nos bastaría con recuperar cierta plaza principal
[cdb]para que su posición en Fódlan se vea
[cdb]drásticamente mermada. ¿Alguna idea de cuál es?
Garreg Mach.
Sí que te las sabes todas, Dimitri.
Garreg Mach es un lugar sagrado para nosotros.
Recuperarlo insuflaría ánimos en nuestras tropas.
Pero ¿cómo propones que ataquemos
[cdb]un lugar tan fortificado?
Atraeremos al ejército imperial hacia sus respectivos
[cdb]frentes, para luego lanzar un ataque en pinza
[cdb]al viejo monasterio por este y oeste.
No es el plan más sofisticado del mundo,
[cdb]pero poco más podemos hacer por ahora.
Pues permíteme que aporte una idea propia:
[cdb]creo que deberíamos aproximarnos desde Ailell.
El valle no está bien vigilado por el enemigo,
[cdb]y sus estrechas sendas invalidan cualquier ventaja
[cdb]numérica que pudieran tener sobre nosotros.
Si los tres desplegamos a nuestros mejores guerreros,
[cdb]estoy segura de que podremos reconquistar
Garreg Mach.
El Valle del Tormento, ¿eh? Sois mejor estratega
[cdb]de lo que creía, Rhea. A ver qué os parece...
Primero, crearemos una distracción al enviar tropas
[cdb]separadas al este y al oeste para que parezca
[cdb]que vamos a por su capital. Eso dividirá su atención.
Entonces, llegado el momento, nos centraremos
[cdb]en Garreg Mach enviando un ejército
[cdb]por el Valle del Tormento para recuperarlo.
El problema será entonces cómo mantenerse firme
[cdb]en los frentes este y oeste.
El oeste de por sí no me preocupa, pero tendremos
[cdb]que enfrentarnos al conde de Bergliez en el este.
El truco está en entablar combate lo mínimo posible.
Y no os preocupéis, tengo unas cuantas sorpresas
[cdb]bajo la manga si las necesitamos.
Puede que los Caballeros de Seiros no sean muchos,
[cdb]pero son flexibles. Actuarán por separado,
[cdb]proporcionando refuerzos donde sea necesario.
Gracias, lady Rhea. El apoyo es de agradecer.
Dime, Dimitri. ¿Seguirás haciendo buenas migas
[cdb]con la Iglesia Central una vez acabe la guerra?
Mi gente aún busca su consejo.
Mientras ese sea el caso, seguiré ofreciéndoles cobijo.
¿Y eso qué significa?
¿Los echarías a la calle si nadie los necesitara ya?
Dudo que ese día llegue. Puede que los territorios
[cdb]cambien, pero los corazones de las personas
[cdb]son de naturaleza tozuda.
Incluso aunque fundásemos nuestra propia Iglesia
[cdb]como hizo el Imperio, nada nos garantiza que
[cdb]los ciudadanos lleguen a aceptarla.
Deja que te haga una pregunta, Claude.
¿Cuánto tiempo piensas colaborar con el Reino?
Espero que podamos seguir con este maravilloso
[cdb]acuerdo por muchos años, mucho después de la paliza
[cdb]que vamos a darle al Imperio.
Ese brillo en tus ojos dice lo contrario,
[cdb]pero me alegra aceptarte como aliado,
[cdb]al menos por ahora.
¡Venga ya, no estarás dudando de mí!
Aprende a confiar un poco, Dimitri.
Y hablando de confiar, ¿confío en que organizarás
[cdb]un gran festín esta noche para celebrarlo? ¡Me muero
[cdb]por probar la tradicional hospitalidad de Faerghus!