¿Por qué has traído a su majestad aquí?
Tú mismo dijiste que no estaba en buena forma.
Fue preciso. Necesitábamos el poder de la Emperatriz
[cdb]para amedrentar al ejército aliado.
¿De veras?
Además, ¡no me correspondía a mí tomar la decisión!
Y ahora no es momento para charlas, ¡debo irme!
Es fundamental que escolte a la Emperatriz
[cdb]hasta Garreg Mach.
Has de quedarte atrás para impedir el avance
[cdb]del enemigo. No podemos dejar que le ocurra nada
[cdb]a su majestad.
Algo me dice que no te preocupa su seguridad,
[cdb]pero vale.
Tengo mis órdenes. Puedes irte.
Mi más sincero agradecimiento. Por aquí, majestad.
(...)
Adrestia no durará mucho más si esa es la pinta
[cdb]que tiene nuestra Emperatriz.
Si eso es lo que piensas, entonces huye. Solo eres
[cdb]un general, no tienes un título nobiliario
[cdb]que defender ni derecho alguno a aspirar a uno.
Ahí fuera hay otra vida para ti, si es que la quieres.
¿Me estás diciendo que abandone al Imperio?
Eso no es propio de ti.
Aunque he pensado que Linhardt quizá esté
[cdb]en el Reino.
Desde luego, es un camino a seguir,
[cdb]pero no es mi estilo.
Eres demasiado joven para echar tu vida a perder.
No te guardaría rencor si tomases esa decisión.
Venga ya. Asestaré el golpe de gracia
[cdb]que haga que cambien las tornas.
Mmm, imagina un gran navío surcando el ancho mar,
Caspar. Un día, se cruza en el camino
[cdb]de una feroz tormenta y empieza a hundirse.
Algunos entran en pánico y saltan al mar.
Otros se resignan y aceptan sus destinos,
[cdb]dejando que la tempestad haga su trabajo.
Pero otros atracan a sus compañeros
[cdb]por botines insignificantes, mientras otro grupo
[cdb]se aferra al casco, esperando que cambie su fortuna.
Eh...
¿Y nosotros? Nos mantenemos, orgullosos,
[cdb]en proa, dándole una serenata a la tripulación
[cdb]mientras las olas les golpean los pies.
Nuestras voces son como un trueno que resuena
[cdb]en el caos... conmoviendo los corazones de aquellos
[cdb]que se enfrentan a la muerte cara a cara.
Lo entiendo. Voy a dejarme los pulmones gritando
[cdb]hasta que no pueda volver a coger aliento.
Puede que el futuro parezca sombrío,
[cdb]pero van a aprender de lo que es capaz el Imperio.
Vamos, hijo mío. Es hora de que les enseñemos
[cdb]el poder de la Casa Bergliez de una vez por todas.