- Lord Ferdinand, he traído a un enviado de la Alianza.
- Permitidme que me presente.
Me llamo Holst Sigiswald Goneril.
- Es un honor conoceros. Incluso aquellos de nosotros
[cdb]que procedemos del Imperio hemos oído historias
[cdb]acerca de vuestra bizarría.
- Yo soy Ferdinand von Aegir,
[cdb]y este ejército está bajo mi mando.
- Vengo como representante de la Alianza de Leicester.
Seguro que ya sabéis qué voy a decir.
- Habéis venido a pedir nuestra rendición,
¿me equivoco?
- Vuestro ejército está rodeado y no tenéis
[cdb]posibilidad de ganar ni de retiraros.
Deponer las armas no sería una deshonra.
- (...)
- ¿El Imperio ha rechazado nuestras condiciones?
Supongo que no me sorprende del todo.
- Fue como si ni siquiera considerase la posibilidad.
Tal vez lo haya visto como una afrenta
[cdb]a su orgullo de noble imperial.
- ¿De verdad está dispuesto a sacrificar las vidas
[cdb]de sus subordinados solo por eso?
- La verdad es que la moral de sus tropas parecía
[cdb]sorprendentemente alta. Creo que se han preparado
[cdb]para luchar hasta la muerte.
- Pero, por supuesto, había alguna excepción.
Una de sus oficiales estaba escondida bajo la mesa.
- Y vi a algunos soldados desalentados
[cdb]en su campamento.
- ¿Escondida bajo la mesa? Seguro que era Bernadetta.
¿Quién más podría ser?
Me pregunto si ella atendería a razones...
- Como no pudimos convencer a Ferdinand de rendirse
[cdb]antes de esta última batalla desesperada,
[cdb]no tenemos más opción que darle lo que quiere.
- Si ganamos esta batalla, la Alianza por fin volverá
[cdb]a la situación en la que estaba antes de la invasión
[cdb]del Imperio.
- No importa a quién os enfrentéis en el campo
[cdb]de batalla, ¡no os refrenéis!
¡Luchad con todas vuestras fuerzas!