- Parece que hemos salido de una pieza.
- Parece que hemos salido de una pieza.
- ¿Tú crees? Sigo sin tener ni idea
[cdb]de lo que sucede.
- Arval... o Epimenides, supongo, se ha esfumado,
[cdb]y nosotros hemos vuelto adonde empezamos.
- Quizá deberíamos considerar esto una victoria.
Una bastante irónica, ya que la hemos conseguido
[cdb]trabajando juntos.
- Me parece justo. ¿Y qué sucederá ahora?
- Sería estúpido por mi parte permitir
[cdb]que salierais de este lugar con vida...
- Aunque si no fuera por vosotros,
[cdb]aún seguiría en esa prisión.
- No soy de las que se deshacen de los demás
[cdb]en cuanto dejan de ser útiles.
- Tampoco yo soy de esos.
¿Una tregua temporal, pues?
- Estoy de acuerdo.
Consideremos las deudas saldadas, pues.
- Pero, para dejarlo claro, te derroté una vez
[cdb]y puedo volver a hacerlo.
- Te pido disculpas, Edelgard.
Antes te puse entre la espada y la pared.
- Te pido disculpas, Edelgard.
Antes te puse entre la espada y la pared.
- Lo cierto es que yo tampoco puedo decir
[cdb]que me esperara nada de esto.
- Aun así, gracias a esto hemos podido hablar,
¡y eso tiene que servir de algo!
- Bueno, debería irme. Espero que podamos repetir
[cdb]esto alguna vez... la parte de hablar, quiero decir.
- Creo que yo también me voy. A estas alturas,
[cdb]mi gente debe de estar tirándose de los pelos.
- Hasta la próxima entonces.
- Venga. Nos vamos.
- Si mis sospechas son ciertas, Garreg Mach
[cdb]corre grave peligro. Debemos darnos prisa.