- Uf, espero que todos los miembros de la compañía
[cdb]operística hayan llegado a salvo al pueblo.
- Había bandidos al acecho por todas partes,
¿verdad, Manuela?
- Pues sí. Pero esos bandoleros no estaban a la altura
[cdb]de nuestras habilidades.
- ¡Incluso conseguiste que algunos se pusieran
[cdb]de nuestra parte!
- ¡Incluso conseguiste que algunos se pusieran
[cdb]de nuestra parte!
- Qué impresionante. Nunca habría logrado algo así.
- Qué impresionante. Nunca habría logrado algo así.
- Supongo que con «habilidades» te refieres a la paliza
[cdb]que les habéis dado.
- Supongo que con «habilidades» te refieres a la paliza
[cdb]que les habéis dado.
- Seguro que se lo piensan dos veces
[cdb]antes de volver a molestarnos.
- Seguro que se lo piensan dos veces
[cdb]antes de volver a molestarnos.
- En cualquier caso, ¿por qué había tantos bandidos
[cdb]acampados tan cerca de un pueblo?
- ¿Será por la guerra?
- Sí, en cierto sentido.
- ¿Me lo puedes explicar mejor?
- ¿Me lo puedes explicar mejor?
- Por supuesto. Los pueblos del Imperio han empezado
[cdb]a reforzar la seguridad por miedo a sus enemigos.
- Y en todas las regiones cercanas al frente de batalla,
[cdb]como esta misma, hay más soldados, lógicamente.
- Así que los bandidos no tienen adonde ir.
- Creo que tendrían que abandonar su vida
[cdb]de forajidos para convertirse en mercenarios.
- Creo que tendrían que abandonar su vida
[cdb]de forajidos para convertirse en mercenarios.
- Es más fácil decirlo que hacerlo.
- Fíjate en los bandidos a los que nos hemos enfrentado.
No tienen jerarquía ni una organización centralizada.
- Sin duda, son un grupo que se ha reunido
[cdb]por puro interés común y supervivencia,
[cdb]sin grandes ambiciones militares.
- Supongo que eso explica por qué luchaban así.
Con arrogancia y sin planificación.
- Supongo que eso explica por qué luchaban así.
Con arrogancia y sin planificación.
- En todo caso, vine en cuanto tuve noticias
[cdb]de la presencia de bandidos en la zona.
- Di por hecho que la compañía operística podía ser
[cdb]uno de sus objetivos y acudí rápido para ayudar.
- Bien hecho, Hanneman. No esperaba una reacción
[cdb]tan inteligente por tu parte.
- Podías haberte ahorrado la última parte.
- Ay, no te enfades. De hecho, deberías estar encantado
[cdb]de que me sienta cómoda contigo y sea así de sincera.
- Comentar que forman un buen equipo.
- Darte cuenta de lo mal que se llevan.
- Es genial que podáis deciros todo
[cdb]con tanta franqueza.
- Es genial que podáis deciros todo
[cdb]con tanta franqueza.
- ¿Eso crees? Bueno, es una forma más agradable
[cdb]de ver las cosas, sin duda.
- Así es justamente como me gusta verlo... al menos,
[cdb]hasta que alguien que yo me sé lo estropea todo.
- Me gustaría decir que esto me sorprende, pero ya vi
[cdb]que estabais siempre a la gresca en la academia.
- Me gustaría decir que esto me sorprende, pero ya vi
[cdb]que estabais siempre a la gresca en la academia.
- No «estamos a la gresca». Este niñato bigotudo
[cdb]me pinchaba todo el rato; yo solo me defendía.
- ¿Cómo te atreves a decir eso cuando hace un rato
[cdb]has reconocido que eres incapaz de no soltar
[cdb]lo que piensas en voz alta?
- Bueno, ¡ya vale! ¡Parad los dos!
- Si insistís en recrearos en estas peleítas vuestras,
[cdb]al menos tened la amabilidad de dejar que los demás
[cdb]nos marchemos antes de empezar.
- Venga, vámonos.
- Venga, vámonos.
- Sí, que sigan a lo suyo.
- Sí, que sigan a lo suyo.
- ¡No, esperad! ¡Perdón! ¡No me dejéis solo
[cdb]con esta mujer!
- Yo también lo siento. Olvidemos que esto ha pasado
[cdb]y volvamos a ser una familia feliz, ¿vale?