- ¡Hola! ¿Sigues viva?
- Creo que lo contrario sería bastante evidente.
Sí, he vuelto de una pieza.
- Qué alivio. Aunque me he fijado en que tu forma
[cdb]de luchar no ha cambiado nada de nada.
- Sigues atacando de frente y te metes
[cdb]de lleno en pleno combate.
- He intentado ir con más cuidado, pero supongo
[cdb]que no me ha salido bien.
- Bueno, se podría decir que eres un portento
[cdb]en el campo de batalla, ¿no? Empiezo
[cdb]a pensar que nadie va a conseguir matarte.
- Mmm, ¿así que ahora apruebas
[cdb]mi filosofía? ¿A qué viene ese cambio?
- Me he dado cuenta... de que tomar el mando y luchar
[cdb]en primera línea es justo lo que hace mi hermano.
- Es verdad. Además, dicen que Holst es el comandante
[cdb]más valiente de todo Leicester.
- Los comandantes suelen quedarse en la retaguardia
[cdb]para ver todo el campo de batalla y dar órdenes.
- Pero mi hermano no es así. No soporta quedarse
[cdb]ahí atrás. Siempre tiene que iniciar los asaltos.
- Por eso me preocupaba tantísimo
[cdb]cuando iba a combatir...
- Pero llegó un momento, no recuerdo cuándo,
[cdb]en el que tuve claro que mi hermano nunca moriría.
- ¿Por qué pensaste eso?
- No estoy segura. Pero no se me ocurre
[cdb]nadie capaz de derrotarle, ¿verdad?
- Cuando me di cuenta de eso, me pareció
[cdb]una pérdida de tiempo preocuparme tanto por él.
- Deberían darte pena los pobrecitos
[cdb]del otro bando, si acaso.
- Exacto. Y luego pensé eso mismo de ti.
Eres igual que mi hermano.
- Je. Es todo un honor que consideres
[cdb]que estoy al nivel de Holst.
- Ahora ya no pierdo el tiempo en preocuparme
[cdb]por ti. Tampoco es que pueda frenarte.
- De hecho, espero que sigas haciendo lo mismo
[cdb]que hasta ahora para que yo pueda estar tranquila
[cdb]en la retaguardia.
- Es lo que pienso hacer.
- Pero estoy bastante segura de que te he visto
[cdb]luchando a mi lado en primera línea últimamente.
De hecho, parecía que lo pasabas bien.
- ¿Yo? ¿Pasarlo bien? Por favor. Si me ves
[cdb]luchar ahí es porque no me queda otra.
- Cada vez que tengo que entrar en combate,
[cdb]preferiría estar jaleando a las tropas desde un lado.
- Ya sabes, gritar frases como «¡A machacarlos!» y
«¡Que no se diga, a darle a esos músculos!».
- Eso animaría de verdad a nuestras tropas, ¿no crees?
Y recuerda que estamos hablando de mí.
- Sí, inspira, no hay duda.
- Mmm, no tanto.
- Claro, conseguirías motivar a cualquiera.
- Lo sé.
- No sé... Creo que tanto griterío
[cdb]solo molestaría a la gente.
- Mmm, está claro que no has visto en plena acción
[cdb]mis fantásticas dotes para animar.
- ¡La próxima vez te gritaré a ti también!
Verás cómo te inspiras.
- Vale, suena bien. Estaré pendiente.