- Monica, ¿querías hablar conmigo?
Has elegido un sitio... curioso para vernos.
- Me han dicho que estás insuperable últimamente
[cdb]y que haces milagros cada vez que pisas
[cdb]el campo de batalla.
- ¿Por qué estos cumplidos de repente?
A ver, las cosas están saliendo bien, pero...
- Oh, te aseguro que no hay ningún motivo oculto.
Al fin y al cabo, me has ayudado muchísimo.
- Incluso su majestad alaba tu «exquisito trabajo».
- Lo cierto es que te menciona mucho.
De hecho, estoy hasta cansada de oír tu nombre.
- Mmm, ¿tanto habla de mí? Espera un segundo...
- No estarás celosa, ¿verdad?
Qué va, eso no tendría ningún sentido.
- Claro que no. ¿Por qué iba a sentir celos de ti?
- A fin de cuentas, solo eres una subordinada
[cdb]de su majestad.
- Vuestra relación nunca irá más allá de la de un jefe
[cdb]y su sirviente. No será tan profunda
[cdb]como la que su majestad y yo compartimos.
- Sin duda, tiene celos.
- Mejor no provocarla más.
- Así que estás celosa.
- ¿En qué sentido? Solo te estoy contando la verdad
[cdb]según la entiendo yo.
- ¡Nunca se me ha ocurrido pensar en lo unidas
[cdb]que estáis su majestad y tú! ¡Ni una sola vez!
- Tienes toda la razón. Estamos en distintos niveles.
- ¿A qué viene ese cambio de actitud tan repentino?
No me crees, ¿verdad?
- ¡Nunca se me ha ocurrido pensar en lo unidas
[cdb]que estáis su majestad y tú! ¡Ni una sola vez!
- Eh...
- Sí, básicamente, acabas de admitirlo.
- Nada de eso.
- Sí. Has dicho que estabas celosa de la relación
[cdb]que tenemos Edelgard y yo.
- ¡Nunca he dicho la palabra «celosa»!
- ¿Seguro que no lo estás?
- Quizá... un poquito.
- Eso me imaginaba.
- ¿Y qué pasa si lo estoy? Siempre he sido la admiradora
[cdb]más fiel de su majestad.
- Lo de Hubert puede pasar, pero tú...
¡Solo eres una mercenaria normal y corriente!
- ¡Y pensar que su majestad te ha nombrado
[cdb]más veces que a mí! ¡Me dan ganas de gritar!
- ¿Las has estado contando?
- Tranquilizarla.
- Decirle que esto no puede ser sano.
- Cuestionar la importancia de la situación.
- Mira, lo más probable es que hable mucho de mí
[cdb]por los últimos enfrentamientos militares.
- No te preocupes, Monica. Las cosas volverán
[cdb]a la normalidad cuando termine la guerra.
- Eh... Que me consuele quien ha ganado
[cdb]solo me hace sentir más perdedora.
- ¿Y por qué llevas la cuenta? Esto no es un concurso.
- Solo conseguirás estresarte con tanta preocupación.
- Da igual. Aunque no me preocupe, sigo llevando
[cdb]la cuenta. No puedo evitarlo.
- ¿Tanto importa? ¿A quién le preocupa todo esto?
- ¡A mí! ¡Llevo el seguimiento de todo lo que hace!
Es algo que no consigo evitar...
- No sé cómo hemos llegado a este punto.
Creo que no me queda más remedio que pedir ayuda.
- Eh, ¿a qué punto ha llegado qué?
- Tendré que enseñártelo. Ven, ¡vamos!