- ¡Ah!
- ¡No, Annette! ¡Atrás!
- ¡Uf! ¡Ha estado cerca!
Menos mal que había agua por aquí.
- Mis disculpas. Fue un error por mi parte
[cdb]intentar hacer eso sin experiencia previa.
- No, ha sido culpa mía por pedirte
[cdb]que intentaras encenderlo con magia.
- La culpa es solo mía. No tenías forma de saber
[cdb]que mi habilidad para la magia es nula.
- Tenemos suerte de que solo acabara
[cdb]en una pequeña explosión. Si se hubiera extendido
[cdb]el fuego, la situación habría sido un desastre.
- Deja de fustigarte. Hemos podido apagarlo
[cdb]rápido, ¡eso es todo lo que importa!
- Qué forma más positiva de ver el asunto.
Aun así, estoy aliviado de que no estés herida.
- Siempre se me ha dado fatal la magia.
A mi padre y a mi abuelo tampoco se les daba bien,
[cdb]así que quizá lo heredé de ellos.
- Ya, supongo que estás mejor equipado para luchar
[cdb]con algo afilado y puntiagudo.
- En realidad, tenía mucho interés en convertirme
[cdb]en mago cuando era niño.
- Una vieja amiga mía siempre hacía demostraciones
[cdb]de su magia, y sentía mucha envidia
[cdb]de sus habilidades.
- Bueno, sabes que hay una escuela de magia
[cdb]en la capital, ¿no? ¡Deberías haberte apuntado!
- Ya, pero sabía que solo aceptaban a estudiantes
[cdb]que muestren como mínimo un ápice de talento
[cdb]para las artes arcanas.
- Cada vez que veía pasar a uno de esos estudiantes,
[cdb]sentía cómo me corroía la envidia.
- No tenía ni idea. Pero, oye, si te interesa,
¿qué tal si te enseño un poco?
¡Podemos empezar justo ahora!
- ¿Harías eso?
- ¡Claro! Escucha, llevo echando una mano
[cdb]en la escuela desde que volví a la capital.
- Y después de hablar con todo el mundo allí,
[cdb]he estado pensando que sería divertido... ya sabes,
¡enseñarle a alguien!
- Me gustaría ayudar a los demás a mejorar su magia,
[cdb]aunque se les dé muy pero que muy mal.
- Una aspiración admirable. Si me aceptas,
[cdb]sería un honor para mí ser tu primer pupilo.
- Aunque imagino que tus habilidades podrían usarse
[cdb]para ayudar a muchas más personas además de a mí.
- Sé que no soy la primera persona, ni seré la última,
[cdb]en conjurar una explosión por accidente.
- Venga, Dimitri, tampoco es que sea
[cdb]para tanto...
- En cualquier caso, estoy segura de que
[cdb]convertirme en profesora es mi camino.
- ¡Muy bien, majestad!
Empecemos por practicar algo de magia de fuego.
- ¿Quieres que vuelva a lanzar el mismo hechizo?
Bueno, si lo crees conveniente...
- Los hechizos de fuego son la forma más básica
[cdb]de magia. ¡Debes dejar que la energía se concentre
[cdb]para luego liberarla!
- Vale, empieza usando las manos
[cdb]para concentrar la energía.
- ¿Así?
- ¡No dudes tanto! Tenemos mucha agua aquí,
[cdb]así que confía en ti mismo.
- No estaba intentando contenerme,
[cdb]pero ¿quizá pueda cargarla un poco má...?
- ¡Ah! ¡Majestad! ¡¿Estás bien?!
- Ugh... Me temo que nos queda
[cdb]un largo camino por delante.