- ¡Uf! Caray, sí que pesa...
- ¿Podrías coger el pienso de ahí, Mercedes?
- Sí, claro. Dame un momento...
- No te esfuerces demasiado si estás cansada.
Puedo hacerlo yo.
- Bueno, hemos podido terminar.
Perdón por dejarte el grueso del trabajo a ti.
- No te preocupes por eso. Siempre me estás ayudando
[cdb]con otras cosas.
- Además, estoy tan acostumbrada a cuidar
[cdb]de los caballos, que ya no siento
[cdb]que sea una obligación.
- Supongo que la Casa Galatea es célebre
[cdb]por sus caballeros pegaso.
- Sí, aunque es caro mantenerlos,
[cdb]así que no tenemos muchos.
- Cuando era niña, solía ayudar
[cdb]a mis hermanos mayores a cuidar
[cdb]tanto a pegasos como a caballos.
- Olvidaba que tenías hermanos.
- Sí, mi hermano mayor actúa como consejero
[cdb]de nuestro padre, y el otro es un caballero
[cdb]al servicio de otra familia.
- Debíais de estar muy unidos. Qué maravilla.
- Supongo, aunque apenas jugábamos juntos.
La diferencia de edad era demasiado grande.
- Mi hermano mayor concretamente era muy estricto
[cdb]conmigo. Siempre que quería ir a montar a caballo
[cdb]por las colinas, me decía...
- «¡¿Cómo se te ocurre hacer algo tan peligroso?!
¿Y si te pasara algo?».
- Y lo que es peor, mi padre coincidía con él.
Me impidió vivir muchas aventuras cuando era niña.
- Aunque, ahora que lo pienso, entiendo
[cdb]su preocupación. Era la única de la familia
[cdb]que portaba un emblema, después de todo.
- No estoy segura de que tu emblema fuera el motivo
[cdb]de su preocupación.
- Creo que solo se preocupaban porque te querían.
- Eres la más joven, ¿no?
Es normal que quisieran protegerte.
- Bueno, es cierto que teníamos buena relación
[cdb]generalmente, pero no sé si yo diría tanto.
- No estoy segura. Creo que te hubieran cuidado igual
[cdb]aunque no portases un emblema.
- Incluso ahora, no puedo evitar preocuparme
[cdb]en exceso por mi hermano menor, así que sé
[cdb]lo que se siente al ser la mayor.
- Cuando éramos críos, me preocupaba siempre
[cdb]por mi hermano, así que entiendo lo que se siente
[cdb]al ser la mayor.
- Te entiendo, pero sigo sin ver la necesidad
[cdb]de sobreproteger tanto.
- Tú te quejas, pero sé que apreciaste sus muestras
[cdb]de afecto, de hecho...
- Eh, ¿Mercedes? ¿Qué estás haciendo?
- ¡Te estoy pasando la mano por la cabeza,
[cdb]ya que tus hermanos no están aquí para hacerlo!
- ¡Eso es lo más absurdo que he oído en mi vida!
Venga, deberíamos volver al trabajo.
- ¡Je, je! Lo que tú digas.