- ¡Buenas, majestad!
Vienes de hacerte cargo de asuntos oficiales, ¿no?
¿Nunca te tomas un descanso?
- Sí, gracias por tu preocupación...
- ¿Eh? ¿Por qué me miras así?... ¡Oye!
- No se trata de eso. Ni lo pienses.
- Solo estaba reconsiderando
[cdb]la opinión que tengo de ti.
- Hubert te describió como el mujeriego más infame
[cdb]de nuestra época, pero te has comportado
[cdb]de un modo sorprendentemente educado.
- Ya dije que no te tiraría los tejos, ¿verdad?
Además, esa frase es muy propia de Hubert.
- En fin, podrías haberme creído cuando te lo dije.
- Te pido perdón por dudar de tu palabra.
- Aun así, solo porque no hayas intentado cortejarme
[cdb]no quiere decir que no vayas a intentarlo en el futuro.
- Cierto, pero la verdad es que... no eres mi tipo.
- Eres demasiado inteligente, refinada e importante.
- Cortejarte sería como blandir una barra de pan
[cdb]en un duelo de espadas. Sé cuándo alguien
[cdb]está por encima de mis posibilidades.
- No sé cómo debería tomarme eso.
- Mira, lo único que quiero de ti es un trabajo.
- Pagas bastante y, francamente,
[cdb]me vendría bien que hubiese un ejército
[cdb]entre mi pellejo y quienes pretenden matarme.
- Hemos tenido que reforzar las defensas
[cdb]del campamento por culpa de todos los problemas
[cdb]que atraes. Así que gracias por eso...
- Oye, si te molesta, deja que vengan a por mí.
- Puedo cuidar de mí mismo.
- Guárdate el ingenio y la misericordia
[cdb]para otro tarugo.
- Estoy de acuerdo en que este
[cdb]no es un buen uso de mi tiempo.
- Además, no soy misericordiosa,
[cdb]solo estoy comprometida con mis ideales.
- ¿Ah, sí?
- Me he propuesto unificar todo Fódlan
[cdb]y he provocado una guerra para conseguirlo.
- Eso implica destruir a todos los que se me opongan
[cdb]y proteger a quienes estén de mi lado.
- Si crees en mí y compartes mis ideales,
[cdb]nunca te abandonaré.
- Aunque seas un mercenario faldero
[cdb]que está hasta el cuello de deudas.
- Menudo discurso, me estabas motivando
[cdb]hasta que empezaste a insultarme sin piedad.
- Pero, si te gusta cuidar de la gente,
[cdb]puedo ayudarte haciendo las veces de cuidador.
- Además, eres una jefa por la que vale la pena luchar.
Podría buscarme a otro patrón,
[cdb]pero dudo que encontrase a uno mejor que tú.
- Pues me esforzaré para que eso siga siendo cierto.
Pero, por ahora, debo irme.
- Oh, y algo más. Ven a la próxima asamblea de guerra.
- Uf, por poco.
Es como si estuviese deseando que flirtease con ella.
- Si no fuese por Hubert,
[cdb]sería tan tonto como para intentarlo...