- Mmm. Es una pena que tengamos
[cdb]tan poco material de investigación en la base.
Además...
- Qué coincidencia que nos hayamos encontrado
[cdb]a estas horas, Lysithea.
- ¡Ah! Hubert, no me des esos sustos.
- Ya resultas aterrador en circunstancias normales,
[cdb]no necesitas acechar como una araña.
- Dudo que resulte tan terrorífico como el fantasma
[cdb]que la gente ha estado viendo todas estas noches.
- ¡¿Un fantasma?! Eh...
¿Vieron a ese fantasma... por aquí cerca?
- Oh, sí. Muy cerca de este centro de entrenamiento.
Es una historia pavorosa.
- Acabo de recordar... algo. ¡Algo importante!
¡Muy importante! Debo irme. Buenas noches.
No me sigas.
- Qué espantoso, mira que creer que mi farol
[cdb]es un fantasma... ¿No estás de acuerdo?
- Je. Oh, vaya. Se fue antes de que pudiese terminar.
- Mmm. Últimamente apenas hay verduras
[cdb]en nuestra comida. No es un mal cambio...
- ¿Eh? ¿Qué ocurre ahí?
- Entonces, ¿no se han enterado?
- En absoluto. Aunque las preferencias varían,
[cdb]hay mucha gente a la que le gusta la carne
[cdb]y aborrece las verduras.
- Y pensar que hemos encontrado la forma de ocultar
[cdb]verduras en la carne y el caldo. Ja.
- Los que comieron el plato dijeron que estaba
[cdb]delicioso sin tener ni idea. Y, por supuesto,
[cdb]ella dijo lo mismo.
- Una noticia fantástica. Continúa con tu labor.
- Espera... ¡¿Acabo de comer un montón de verduras?!
- Cielos, Lysithea, pareces estar atónita.
¿Te has encontrado con alguna sorpresa?
- Cuántas verduras... ¡Ah! ¡Hubert!
- Oh, no es nada. Estoy ocupada, ¡debo irme!
- Es triste que tenga que pasar tanto tiempo
[cdb]intentando hacer que las verduras
[cdb]les resulten más apetecibles a los demás.
- En fin, supongo que podría considerarlo
[cdb]favorecer la salud de nuestros soldados.
- Lysithea. Pareces estar muy animada.
- Lo estoy. Edelgard dijo que hoy me darían
[cdb]unos dulces deliciosos.
- Espera, ¿por qué te estoy contando esto?
- Tal vez te quedes sin dulces si sigues tratándome
[cdb]de un modo tan cruel.
- Después de todo, su majestad me ha encomendado
[cdb]el honor de dártelos.
- ¿Y por qué no empezaste por ahí, Hubert?
Dámelos.
- Antes, permíteme preparar un té para acompañarlos.
- ¿Eh?