- ¿Qué hay, Shamir?
¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?
- Ah, eres tú. ¿Qué quieres?
- Nada en concreto, solo pasaba por aquí.
Creí que un poco de charla estaría bien.
- ¿No deberíais estar Holst y tú dándoos puñetazos
[cdb]en los abdominales o algo?
- ¿No deberías estar entrenando con Catherine?
- ¿No deberíais estar Caspar y tú por ahí
[cdb]golpeando cosas?
- ¿No deberías estar sudando
[cdb]la gota gorda en la plaza de armas?
- Estaría muy bien y tal,
[cdb]pero llevo rato echándote el ojo.
- Intenta algo raro y te arrepentirás.
- Vaya, cálmate, amiga. No lo decía en ese sentido.
- Estaba pensando que tenemos
[cdb]muchas cosas en común, ¿no crees?
- No se me ocurre nada.
- Eh, oye, no vayas tan rápido.
- Mira el juego, por ejemplo. Resulta que sé
[cdb]que te gustan los juegos de azar, y a mí me atrae
[cdb]la idea de apostar de vez en cuando.
- Mmpf. No puedes llamarlo apostar si siempre pierdes.
- Claro, seguramente he perdido más
[cdb]de lo que he ganado, pero, oye,
¿no es eso parte de la diversión?
- Sigue contándote ese cuento.
- ¿Y qué hay de la priva? Según tengo entendido,
[cdb]te gusta darle a la bebida.
- Pero, al contrario que tú, tengo aguante bebiendo.
- ¡Oye, que eso fue una vez! Nadie tumba a Balthus...
a no ser que haya perdido una apuesta.
- Pues debes de perder a menudo.
Te he visto haciendo eses por aquí bastantes veces.
- Muy bien, pues descartamos el juego y la bebida.
¿Qué hay del combate? El campo de batalla es donde
[cdb]ambos nos sentimos vivos, ¿no?
- Mi estilo de lucha no es para nada como el tuyo.
- Eso no puedo negarlo. A mí me gusta acercarme
[cdb]mucho y romper algunos cráneos, mientras que tú
[cdb]prefieres acabar con tus rivales a distancia.
- Pero, aunque tus métodos sean distintos,
[cdb]el resultado final es el mismo.
Ahí fuera es morir o matar.
- Vaya, así que sí que ves nuestras diferencias.
- Reconóceme el esfuerzo, ¿quieres? Puede que no sea
[cdb]el que mejor juega o bebe, pero soy el deseado
Rey de la Lucha.
- Puedo ver que no quieres que tus combates
[cdb]sean un baño de sangre, al contrario
[cdb]que este humilde servidor.
- Porque no me gusta morirme.
Soy más de las que matan.
- Por eso uso el arco. El único que sangra es el enemigo.
- ¿No se te olvida algo? Después del juego y la bebida,
[cdb]tendrías que preguntarme por las mujeres.
- Aunque dudo que tengamos gustos similares.
- Espera, ¿eso qué significa? ¡Oye, Shamir!
¿Adónde vas?
- Mmm, me pregunto de qué iría eso.