- Mmm, sí. Creo que lo entiendo.
- Todo comenzó cuando los caballeros
[cdb]perdieron de vista a los bandidos
[cdb]y vosotros los perseguisteis.
- Después, entrasteis en una fortaleza sospechosa
[cdb]y rescatasteis a una estudiante cautiva.
- Bueno, eso no tiene nada de malo.
Intercederé por vosotros cuando volvamos.
- Genial. Pero ¿qué haces aquí, Alois?
- Genial. Pero ¿qué haces aquí, Alois?
- He venido porque los caballeros pidieron ayuda
[cdb]cuando los dejasteis atrás. ¿Qué esperabais?
- No intento culparos de nada.
- Sé que solo estabais siguiendo al profesor Jeritza.
Así que podemos volver a casa tras haber hecho
[cdb]un buen trabajo.
- Como se suele decir:
[cdb]un buen trabajo no lo estropea ni el ajo.
- Uf.
- Aun así, es un giro un tanto siniestro
[cdb]de los acontecimientos.
- Y pensar que los mismos bandidos que atacaron
[cdb]a los jóvenes a nuestro cargo
[cdb]habían raptado a otra estudiante.
- ¿Eh? Nunca dije que me hubiesen raptado
[cdb]unos bandidos.
- ¿No fueron ellos?
- Ahora que lo pienso, no todos los que estaban
[cdb]en esa fortaleza iban vestidos como forajidos.
- Tal vez los bandidos fuesen reclamos
[cdb]que otro villano manejaba desde las sombras.
- Vimos a otra gente en la fortaleza,
[cdb]resultaba obvio que esas personas no eran bandidos.
- Esto es solo una conjetura, pero ¿y si esas personas
[cdb]eran las que de verdad estaban al mando
[cdb]y los bandidos solo eran peones?
- Ahora que lo mencionas, algunos de los tipos
[cdb]que había en la fortaleza no llevaban
[cdb]los típicos ropajes propios de los bandidos.
- ¿Y si tenemos entre manos a una organización
[cdb]más astuta de lo que creemos y los forajidos
[cdb]solo trabajan para ellos?
- Estar totalmente de acuerdo.
- Estar parcialmente de acuerdo.
- Sí, había una mala bestia que consiguió escapar.
Creo que se llamaba Kronya.
- Sí, había una mala bestia que consiguió escapar.
Creo que se llamaba Kronya.
- He conocido a todo tipo de personas
[cdb]trabajando de mercenario,
[cdb]y ella no parecía una bandida corriente.
- He conocido a todo tipo de personas
[cdb]trabajando de mercenaria,
[cdb]y ella no parecía una bandida corriente.
- No estoy seguro, pero no se asemejaban
[cdb]a los bandidos comunes.
- No estoy segura, pero no se asemejaban
[cdb]a los bandidos comunes.
- Esa tal Kronya que se escabulló parecía más fuerte
[cdb]de lo que cabría esperar de unos simples criminales.
- Esa tal Kronya que se escabulló parecía más fuerte
[cdb]de lo que cabría esperar de unos simples criminales.
- No andas [MFH:desencaminado_desencaminada].
Tal vez debería deciros quién me raptó,
[cdb]puesto que ya lo sé.
- ¿Qué? ¿Por qué no lo has dicho antes?
- Todos estaban tan ocupados haciendo conjeturas
[cdb]que no pude intervenir.
- ¿Qué es lo que sabes, niña? Dilo de una vez.
- Tengo buena memoria, su alteza puede corroborarlo.
- Es más bien una memoria extraordinaria.
No olvidas ninguna cara una vez la has visto,
[cdb]aunque sea de reojo.
- Alteza, yo, eh... Gracias por el cumplido.
- Estoy segura de lo que vi.
El que me raptó fue Tomas, el bibliotecario.
- Bueno, el que me raptó fue Tomas, el bibliotecario.
Estoy segura.
- Lo reconocí por su andar y la forma que tiene
[cdb]de sujetar el bastón.
Supongo que no es un simple erudito.
- ¿Tomas? ¡Es imposible!
- Pero si Tomas lleva más tiempo que yo
[cdb]en Garreg Mach.
- No quiero creerlo, pero, por lo que dices,
[cdb]no nos queda más opción que investigarlo.
- ¡Pero, sir Alois!
- No bajéis la guardia. Si Tomas está confabulado
[cdb]con Kronya, será peligroso.
- Muy bien. Informaré discretamente a lady Rhea
[cdb]y dejaré que ella tome la decisión.
- No habléis de esto con nadie. ¿Queda claro?
- Vaya, las cosas se ponen interesantes.
La verdad es que no me esperaba esto.
- ¿Qué te parece esa tal Kronya?
¿Por qué crees que estaba en la fortaleza?
- No le has quitado ojo durante la batalla.
¿Es amiga tuya?
- No le has quitado ojo durante la batalla.
¿Es amiga tuya?
- Desgraciadamente, no lo sé.
He perdido casi todos mis recuerdos.
- Adiós. Puf. Se desvanecieron.
Recuerdo haberte conocido,
[cdb]pero nada más antes de ese momento.
- Y, aun así, cuando la vi sentí algo inexplicable.
- No sabría decirte si fue asco o afecto.
Solo fue... emoción.
- Y yo que creía que lo tenía crudo.
- Y yo que creía que lo tenía crudo.
- ¿Te preocupas por mí? Qué adorable.
Me encanta esa faceta tuya.