- Me temo que he cometido un error de cálculo,
[cdb]hijo mío.
- ¿Cómo es eso posible, padre?
Tenemos acorralado al enemigo.
- Sí, mas no parece que les importe mucho.
- El tiempo apremia, y pronto los refuerzos
[cdb]de Edelgard se dirigirán hacia la Alianza.
- ¡Pues los contendremos en el Gran Puente!
- Y encontrarán otro camino.
- Si logran hacerse con al menos uno de los cruces
[cdb]del río Airmid, podrán abrirse paso
[cdb]a través de nuestras filas.
- Y aunque eso no suponga una derrota inmediata,
[cdb]frustrará cualquier esperanza de que el conde
[cdb]de Bergliez se rinda.
- Con el tiempo, el ejército de Edelgard invadirá
[cdb]estas tierras. Y entonces, hijo mío, nos derrotarán.
- Habla claro, padre, te lo suplico.
¿Qué supone esto para la Casa Gloucester?
- No temas, Lorenz.
- Fue un acto de fe necesario para mejorar
[cdb]la fortuna de nuestro territorio.
- Cuando Claude vino con esta oferta, consideré
[cdb]que la recompensa hacía que el riesgo valiera la pena.
- Si la maniobra fracasa, que así sea. Tan solo supone
[cdb]que nuestra casa tendrá que jurar lealtad al Imperio.
- Edelgard nunca se conformará con esto. Exigirá...
¡Oh, Padre! ¡No!
- Estoy orgulloso de ti, hijo mío. Te has convertido
[cdb]en un hombre lo bastante fuerte y sabio
[cdb]como para liderar nuestra casa.
- ¿No hay nada que se pueda hacer?
- ¿Y qué hay de tu sueño de reclamar el liderazgo
[cdb]de la Alianza para la Casa Riegan?
- Ahora es tu casa, tú determinarás nuestro camino.
- Además, cuando por fin se calmen las aguas
[cdb]de esta guerra, quizá no haya Alianza que liderar.
- Así que ¿debo someterme al Imperio e intentar
[cdb]buscar una posición de relevancia a nuestra familia?
¿Eso es?
- ¡¿Harías que pusiera fin a la Alianza de Leicester?!
- Quizá halagar tu sabiduría ha sido imprudente.
- Te adelantas a los acontecimientos, Lorenz.
Hincaremos la rodilla solo si perdemos, no antes.
- Como has dicho, puede que podamos hacer
[cdb]retroceder a los refuerzos de la Emperatriz
[cdb]y salir victoriosos.
- Ve siempre dos pasos por delante, hijo mío. Sé astuto.
Sobrevive. Esa es la lección que quiero impartir.
- (...)
- Será mejor que vaya a prepararme
[cdb]para mi última batalla como conde de Gloucester.
- Salga como salga esto, encuentra la forma
[cdb]de que nuestra casa prospere y aférrate a ella, Lorenz.
¡Aférrate!
- Así es como lucha Erwin Fritz Gloucester,
¡y así es como deberías hacerlo tú!