- (...)
- ¿En qué andas, Baltie?
- ¡Shhh! ¡Calla! Me vas a delatar.
- ¿Mmm? ¿Delatarte ante quién?
- Vale, se han ido. ¡Uf! Por los pelos.
- Oye, ¿crees que podríais prestarme una monedita?
- ¿En serio vas a fingir que no acaba de pasar nada?
- ¿Y encima nos pides dinero? Uf. Está claro
[cdb]que te ocultabas porque tienes deudas pendientes.
- ¿Deudas? Sí, en resumen, sí.
- Tienes que estar muy empantanado
[cdb]si te han seguido hasta aquí.
- Tienes que estar muy empantanado
[cdb]si te han seguido hasta aquí.
- Las deudas de un hombre como yo serían
[cdb]exorbitantes para la gente común.
- ¡Aun así, qué ignorantes si pensaban que iba
[cdb]a apoquinar tan fácilmente! ¡Ja, ja!
- ¡Aquí el único ignorante eres tú, Baltie!
Tienes que devolver el dinero que te han prestado.
- (...)
- ¡Oye! ¿Me estás escuchando?
- Eh, en realidad, no. Perdón. Bueno, ¡me tengo que ir!
- Si vas a cenar, te acompañamos.
- No, tengo que ocuparme... de unos asuntos.
Ya me invitaréis a cenar en otra ocasión.
- Vaya, qué raro ha sido eso.
- ¿Verdad que sí? El tipo creía que íbamos a pagarle
[cdb]la cena y todo.
- ¿Verdad que sí? El tipo creía que íbamos a pagarle
[cdb]la cena y todo.
- Ah, no me refería a eso. Siempre lo hace.
- Ah, ¡querida Hilda! Tienes el semblante
[cdb]de una doncella en apuros. ¿Qué sucede?
- Ay, Holst.
- [MFH:Mercenario_Mercenaria], espero que no estés molestando
[cdb]a mi hermana pequeña.
- Negarlo con vehemencia.
- Dar una respuesta imprecisa.
- ¿Qué? Ah, no, ¡nada de eso!
Acabamos de encontrarnos con Balthus.
- ¿Qué? Ah, no, ¡nada de eso!
Acabamos de encontrarnos con Balthus.
- Ya veo. ¿Y qué quería?
- ¿Quién? ¿Yo? Ni soñarlo.
- ¿Quién? ¿Yo? Ni soñarlo.
- Eso espero. Porque si la incordias...
- ¡Para ya, Holst! Nos acabamos de cruzar
[cdb]con Baltie. Nada más.
- Ya veo. ¿Y qué quería?
- Le buscaban unos tipos a los que debe dinero.
La verdad es que parecía bastante preocupado.
- Le buscaban unos tipos a los que debe dinero.
La verdad es que parecía bastante preocupado.
- Qué curioso.
- ¿Verdad? A ver, Baltie cambia de cobrador de deudas
[cdb]como cualquier persona de ropa interior.
- Sí, suele deshacerse de ellos con una combinación
[cdb]de amenazas y excusas extravagantes.
- Quizá enviaron a los mejores cazarrecompensas
[cdb]para encontrar su escondite esta vez.
- Espera, ¿le han puesto precio a su cabeza?
- Espera, ¿le han puesto precio a su cabeza?
- Por desgracia, además de acumular deudas sin parar,
[cdb]nuestro amigo Balthus se ha estado metiendo
[cdb]en más peleas de la cuenta.
- Uf. Sabía que le gustaba el juego, pero no tenía
[cdb]ni idea de que hubiera llegado a ese extremo.
- Uf. Sabía que le gustaba el juego, pero no tenía
[cdb]ni idea de que hubiera llegado a ese extremo.
- ¿Me recordáis por qué dejamos que entrara
[cdb]en nuestro ejército?
- ¿Me recordáis por qué dejamos que entrara
[cdb]en nuestro ejército?
- (...)
- Me gustaría ayudarle a saldar sus deudas.
- Pero siempre que se lo propongo lo rechaza
[cdb]tercamente. Creo que es una cuestión de orgullo.
- Mientras siga bebiendo y jugando,
[cdb]su deuda no parará de crecer.
- Y como es tan tozudo que no dejará ninguno
[cdb]de estos hábitos, no sé muy bien qué hacer.
- Pelea muy bien. Si dejara ese mundo y se esforzara,
[cdb]podría ganar dinero para vivir cómodamente.
- ¡Tenemos un problema, mi señor!
- ¿Un ataque enemigo?
- ¡Es Balthus, señor! ¡Le están atacando
[cdb]no muy lejos de aquí!
- Hay muchísimos enemigos, así que he venido
[cdb]corriendo para pedir refuerzos.
- Has hecho lo correcto. Voy inmediatamente.
- Ahí va. Está claro que mi hermano es muy rápido
[cdb]cuando se esfuerza.
- Sugerir que esperéis a que vuelva.
- Sugerir que vayáis detrás.
- Entonces... ¿esperamos a que vuelva?
- Entonces... ¿esperamos a que vuelva?
- ¿Qué? ¡No! ¡No seas idiota! ¡Tenemos que ayudarle!
- Supongo que tenemos que ir a echar una mano, ¿no?
- Supongo que tenemos que ir a echar una mano, ¿no?
- Sin duda. ¡Vamos!