Oído cocina, patrón. ¡Ja, ja, ja!
Me alegro de que estés en mi bando.
Bien, ahora tengo que... Oh.
¿Por qué te ocultas ahí, Bernadetta?
¡Ah! Yo, eh...
¿Q-quién era ese tipo con el que hablabas?
¿Ese? Era un compañero mercenario.
Me estaba preguntando si tenía trabajo para él.
Oh, ¿era un mercenario? P-parecía un bandido.
Oye, no deberías dar por sentado
[cdb]que el pobre hombre es un criminal
[cdb]solo porque tiene un aspecto algo tosco.
¡P-pero...! Fíjate en su forma de hablar, da miedo.
Tú también hablarías como él si hubieses pasado
[cdb]toda la vida trabajando de mercenaria.
La mayoría de estos tipos no tuvieron una madre
[cdb]como la mía para enseñarles a hablar como es debido.
Oh... Ya veo.
Supongo que no te conozco bien, pero...
¿todos tus amigos son así?
¿Es una pregunta muy indiscreta? Lo es, ¿verdad?
Tomarle el pelo.
Intentar calmarla.
Sí, toda la banda se parece a él.
Supongo que eso significa
[cdb]que no querrás hacerte mercenaria.
Bueno, no todos. Pero, la verdad es que siempre
[cdb]te encontrarás a gente así en esta profesión.
Supongo que eso significa
[cdb]que no desearás dedicarte a esto.
¡Pues claro que no! No, no, no.
Ni de broma. Imposible.
Aunque fuese más valiente, jamás podría estar
[cdb]cerca de tantos tipos aterradores a la vez.
Parece que te estás dejando llevar por la ansiedad.
Si les dieses una oportunidad, comprenderías
[cdb]que no tienes nada que temer.
¿Y no crees que juzgar a los extraños por su aspecto
[cdb]hará que te sientas peor?
Entonces, ¿cómo debería juzgarlos?
Pasa el rato con ellos. Creo que los mejores lugares
[cdb]para descubrir la personalidad de alguien son
[cdb]el campo de batalla y la cantina.
Ya te lo he dicho, ¡no soy capaz! No puedo.
Por favor, tienes que entenderlo.
Dejar de presionarla.
Presionarla más.
Lo comprendo, Bernadetta. De verdad.
Pero déjame que te pregunte una cosa:
¿su aspecto es lo único que te hace desconfiar de él?
No lo entiendo.
¿Su aspecto es lo único que te hace desconfiar de él?
Hay muchos tipos con ese mismo aspecto
[cdb]que tienen un corazón de oro.
No he conocido a gente más amable que ellos.
Por contra, hay gente horrible que oculta
[cdb]su personalidad tras un velo de elegancia y cortesía.
Esa es la gente que se aprovecha de los demás.
Lo que quiero decir es que guiarse por las apariencias
[cdb]puede meterte en problemas. Créeme, no siempre
[cdb]puedes saber quién es bueno o malo con solo mirarlo.