¿Me buscabas? Ah, ya lo entiendo. Quieres pelear.
Vale, ¡te derribaré sin problemas!
No, bueno... Vale, sí, pero en otro momento.
No he venido por eso. Tu padre está por aquí, ¿no?
Esperaba poder entrenar con él.
Quería que el mismísimo ministro de Guerra
[cdb]me diese unas lecciones.
Tal vez no deberías hacerlo.
¿Por qué no? Tú entrenas con él, ¿no es así?
Sí, claro, pero yo llevo haciéndolo desde que tengo
[cdb]uso de razón.
Y, aun así, sigue dejándome con el lomo partido.
Una persona normal como tú no podría soportarlo.
¿Qué parte de mí te parece normal?
Venga, que hablo en serio.
No digas que no te lo advertí. Si quieres un consejo,
[cdb]antes de entrenar no comas nada que no quieras
[cdb]vomitar sobre tu armadura.
Y cancela los planes que tengas después.
Te garantizo que no podrás hacer nada al acabar.
No lo olvides.
No me perturba.
Me perturba, y mucho.
Venga ya, ¿de verdad es para tanto?
Te agradezco el consejo, pero no me pasará nada.
Es mejor estar preparado que sufrir por sorpresa.
Créeme, lo he vivido.
No puede ser para tanto... ¿verdad?
Me estás asustando.
Puede serlo, créeme. Solo me estoy asegurando
[cdb]de que el dolor no te coja por sorpresa.
Entrenar con mi padre... es una maratón de sangre,
[cdb]sudor y lágrimas que te dejará con la sensación
[cdb]de estar en presencia de la mismísima Diosa.
Agh...
¿Sigues con vida?
No siento las piernas.
Se te pasará, no te preocupes. Te has quedado
[cdb]sin fuerzas. ¿Sabes que mi padre te ha elogiado?
Eres la primera persona que mantiene su ritmo
[cdb]durante tanto tiempo.
Al parecer, va a idear un entrenamiento
[cdb]aún más duro. Pero desearía que no lo hiciera.
Creo... que te he subestimado, Caspar.
No sé cómo aguantas este entrenamiento a diario.
Durante mi infancia no tenía otra opción
[cdb]que acostumbrarme a ello.
No soy tan inteligente como tú, así que tuve
[cdb]que compensar mis carencias con vigor.
Por eso me obsesiono con fortalecerme.
Pero no sé si esa es la forma más eficiente
[cdb]de conseguirlo.
No, ese entrenamiento... no tiene nada de eficiente.
Creo que ya entiendo de dónde proviene
[cdb]tu inquebrantable concentración.
¿Ah, sí? En fin, ¡me alegro de que sigas con vida!
¡La próxima vez que salgamos al campo de batalla,
[cdb]nuestros enemigos se quedarán de piedra!
No... puedo... hablar...
Forzarte para decir algo alentador.
Urghhh...
Sí... Todo este sufrimiento sería en vano
[cdb]si no conseguimos buenos resultados.
¡Ja, ja, ja! Menudo cambio, no está mal verte así.