- Ahí estás, Ignatz.
- Hola, Lysithea. ¿Necesitas algo?
- Quería darte las gracias por tu ayuda
[cdb]en la escaramuza de antes.
- Conseguí mantener mi posición en combate
[cdb]porque bloqueaste el avance enemigo.
- Te lo agradezco mucho.
- No hace falta que me des las gracias. Los caballeros
[cdb]nos dedicamos a proteger a nuestros compañeros.
- Al principio pensé que lo de ser caballero te vendría
[cdb]un poco grande, pero te has convertido en alguien
[cdb]en quien se puede confiar.
- ¿En tu familia no eran mercaderes?
- Sí, exacto.
- Entonces, ¿por qué has elegido ser caballero
[cdb]en vez de llevar el negocio familiar?
- Porque no soy el primogénito. Mi hermano mayor
[cdb]será quien se ocupe del negocio.
- Mi padre quería que fuera caballero
[cdb]para ayudar a mi hermano.
- Fue muy duro, pero estoy bastante contento
[cdb]con cómo salió todo al final.
- Es muy loable que elijas tu futuro
[cdb]según los deseos de tu familia.
- Oh, no creas que es para tanto.
- Seguro que tu familia estaba encantada
[cdb]cuando te hiciste caballero.
- Supongo que sí...
- Si te digo la verdad, me das envidia.
- ¿En serio?
- Sí. Todavía no he sido capaz de hacer nada
[cdb]para ayudar a mi padre y mi madre.
- Espero llegar a ser tan fuerte como tú y hacer algo
[cdb]igual de maravilloso por ellos algún día.
- (...)
- Te portas muy bien con tus padres, Lysithea.
- Y sé lo mucho que te esfuerzas cuando te propones
[cdb]algo, así que seguro que esto también lo lograrás.
- Bueno, si hay algo que pueda hacer para ayudarte,
¡solo tienes que decirlo!
- Mmm... Lo haré. Tenlo por seguro.
Gracias.
- Ahora, si me disculpas, debería irme.
¡El trabajo de un caballero nunca se acaba!
- Mmm...