Oh, este té está delicioso.
¡Un hallazgo de lo más apropiado para nobles
[cdb]como nosotros!
Sí, pero me temo que palidece al compararlo
[cdb]con las pastas que has traído
[cdb]con tanta consideración.
Y, aun así, más allá de las provisiones en sí, eres tú
[cdb]en toda tu nobleza quien merece la más alta
[cdb]de las alabanzas por organizar esta ocasión tan festiva.
Mi querido Lorenz, me halagas.
Mas de nuevo debo volver a este agradable té
[cdb]que ha calmado mi alma exhausta. ¡De veras
[cdb]es testamento de tu carácter y gusto excepcionales!
¡Oh, Ferdinand! ¡Ahora eres tú el que me halaga!
Ah, pero mis banales palabras nunca podrán hacer
[cdb]justicia a un ejemplo de nobleza como tú.
No, esas banales palabras se han convertido
[cdb]en pura poesía gracias a la alquimia que haces
[cdb]con tu noble lenguaje.
Uh...
Uh...
Menudos buenos ejemplos de nobleza sois los dos.
Ambos brilláis más que cualquier sol y, como tales,
[cdb]hacéis que mi semblante sea aún más triste.
Buenos días, Constance.
No nos encontramos bien hoy, ¿eh?
Pensaba ofrecerte algo de té, pero...
¿Otra vez esto, Constance? Ea, ea, ven a tomar el té
[cdb]y a calentarte.
Ah, no te preocupes por mí, Lorenz. Estoy bien.
Bueno, desde luego, no pienso obligarte,
[cdb]pero avísame si cambias de opinión.
Mmm...
Sí, bueno, hay algo que quería preguntarte.
Aunque me temo que es una pregunta algo difícil.
Confío por completo en que ambos estaremos
[cdb]a la altura del desafío.
Desde luego, ¡aún no existe pregunta que haya
[cdb]dejado mudos a los dos más nobles
[cdb]de entre los nobles!
En ese caso, y de nuevo, perdonad mi insolencia,
[cdb]pero...
Me he percatado de que ambos estabais halagándoos
[cdb]el uno al otro por vuestra idoneidad
[cdb]para vuestros títulos nobiliarios.
Pero es imposible que ambos seáis igual de perfectos
[cdb]en ese aspecto. Alguno debe de ser el más apto...
el más noble. ¿Cuál de vosotros será?
¿Cuál de nosotros?
Me temo que lo has entendido mal. Esto no es
[cdb]una competición, y sería impropio de nobles
[cdb]compararnos de tal forma.
Pero ¿no estáis comparándoos constantemente?
«¡Eres el más noble!». «¡No, sin duda eres tú, señor!».
Etcétera, etcétera.
Mmm. Pues podrías tener razón.
Un momento. Si bien es cierto que nos comparamos
[cdb]en un sentido meramente literal, solo lo hacemos
[cdb]para enorgullecernos de nuestra nobleza.
Y en eso ambos somos iguales, no hay grados
[cdb]para la auténtica nobleza.
De nuevo, disculpadme, pero parece que sí
[cdb]que hay diferencias, sencillamente decidís ignorarlas
[cdb]con el fin de evitar una competición impropia.
En cualquier caso, si esa es la postura que ambos
[cdb]decidís adoptar, no insistiré más en el asunto.
Disfrutad de vuestro trono compartido en la cúspide
[cdb]de la nobleza.
¡No! ¡Un momento! ¡Haces ver que nos negamos
[cdb]a competir porque tememos perder contra el otro!
Desde luego, había asumido que compartíamos
[cdb]un gran diván, pero si hay que meternos a presión
[cdb]en un solo asiento, ya es otro asunto distinto.
Para nada. Ambos sois perfectos nobles magníficos.
Mmm...
Mmm...
No puedo renunciar a este desafío.
¡Hacerlo sería una deshonra para mi apellido!
¡Desde luego! ¡Debemos determinar de una vez
[cdb]por todas quién de nosotros es el más noble de todos!
Un espléndido giro inesperado del que no soy
[cdb]merecedora. Sabía que podría confiar
[cdb]en que llegaseis a la conclusión adecuada.
Tiene que ser una broma.
Tiene que ser una broma.
Ah, desde luego que no. De hecho,
[cdb]te nomino para que seas [MFH:el mediador_la mediadora]
[cdb]de nuestra competición.
¡Eso! También podrás elegir los criterios.
Rechazar la oferta.
Aprovechar la oportunidad para juzgarlos.
Ya, no. Mejor que no.
Ya, no. Mejor que no.
¡Por favor! Tienes mucho ojo para esta clase de cosas,
[cdb]no hay nadie en quien confiaría más.
Lo único para lo que tengo buen ojo tiene que ver
[cdb]con armas puntiagudas y campos de batalla.
Lo único para lo que tengo buen ojo tiene que ver
[cdb]con armas puntiagudas y campos de batalla.
Aun así, temo que tendrás que bastar.
De acuerdo, pero, os lo advierto, mi ojo
[cdb]para el talento básicamente empieza
[cdb]y termina en el campo de batalla.
De acuerdo, pero, os lo advierto, mi ojo
[cdb]para el talento básicamente empieza
[cdb]y termina en el campo de batalla.
Aun así, temo que tendrás que bastar.
En ese caso, ¿y si usamos los resultados
[cdb]del próximo entrenamiento en combate?
Eso debería aclarar las cosas.
En ese caso, ¿y si usamos los resultados
[cdb]del próximo entrenamiento en combate?
Eso debería aclarar las cosas.
Mmm, sí. Un señor debe ser capaz de comandar
[cdb]a sus soldados, después de todo.
¡Una medida ejemplar para la valía de un nombre!
Y también seréis testigos de nuestra pericia personal,
[cdb]pues un verdadero noble debe ser capaz
[cdb]de salvaguardarse del daño sobre todas las cosas.
Parece un plan. Se lo haré saber a Edelgard.
Parece un plan. Se lo haré saber a Edelgard.
Y pensar que mi comentario improvisado
[cdb]desembocaría en esto...
Pero no podría haber más en juego.
Pues el ganador siempre será conocido
[cdb]como el más noble de entre los nobles
[cdb]de la región.
¿No has echado ya bastante leña al fuego, Constance?
¿No has echado ya bastante leña al fuego, Constance?