- Shammi, tienes que probar esto. ¡Está riquísimo!
- ¿Qué es...? ¿Una pasta?
- Sí, por una vez había sobras. ¿Quieres una?
- Mmm... ¿Por qué no? Trae.
- ¡Ñam! Delicioso, ¿verdad?
- No está mal.
- Es agradable poder congeniar por fin
[cdb]con alguien de los Caballeros.
- Bueno, ya no lo soy.
- Nunca te importaron mucho
[cdb]los Caballeros de Seiros, ¿no?
- No, no es que los odie ni nada, pero...
tengo muchos recuerdos desagradables.
- Todo cuanto hacen es controlar a la gente
[cdb]y poner excusas.
- Lo mismo podría decirse de cualquier devoto
[cdb]al servir a Rhea y a la Diosa.
- Sí, salvo quizá por Al. Aunque supongo
[cdb]que él tampoco es parte de los Caballeros ya.
- Al... ¿Te refieres a Alois? Eso es porque tiene
[cdb]un corazón de oro. Aun así...
- Los Caballeros tenían muchas normas y reglamentos.
Un fastidio. No es que yo las siguiera tampoco,
[cdb]pero bueno.
- Je, eso es. Nadie le dice a Shammi cómo vivir su vida.
- La verdad es que me puedo sentir identificada.
Por eso hui de mi pueblo cuando era niña.
No quería estar atada a su forma de pensar, ¿sabes?
- Pensaba que la libertad me estaba esperando
[cdb]ahí fuera. Un enorme mundo donde podría ir
[cdb]a cualquier sitio y hacer cualquier cosa.
- Está ahí fuera si sabes dónde buscar.
- Es cierto. Desde luego, hay todo tipo de gente
[cdb]haciendo todo tipo de cosas.
- Pero la cruda realidad es que, no importa
[cdb]adónde vayas, la verdadera libertad no existe.
- Y que lo digas. Ojalá alguien me hubiera dicho eso
[cdb]cuando era niña.
- ¿Cómo se vive en Dagda? ¿Parecido a Fódlan?
- En su mayor parte.
Me sentía más libre, de algún modo.
- Pero, al mismo tiempo, más gente haciendo
[cdb]lo que les da la gana siempre trae más conflictos.
- Así que es una espada de doble filo.
Libre también significa libre para luchar, ¿eh?
- Supongo. Desde luego, es lo que parecía.
Quizá demasiada libertad pueda acabar siendo
[cdb]algo malo.
- Si te interesa, un día podríamos ir de visita a Dagda.
Podría ser tu intérprete.
- Mmm, no sé yo.
Depende de cómo salgan las cosas en Fódlan.
- Si aquí la vida se hace difícil, me lo plantearé.
- Pues supongo que tienes el resto de lo que dure
[cdb]la guerra para pensarlo.
- Puedo ayudar a mantenerte con vida
[cdb]en el campo de batalla, pero sobrevivir depende de ti.
- Oh, oh. Me parece que eso es algo típico
[cdb]que diría un caballero.
- Je, desde luego. Reflexionaré sobre mis palabras.