- Mi señor, hemos localizado un grupo de expedición
[cdb]enemigo en el bosque cercano a nuestra base.
- Es un asunto preocupante.
Tendremos que hacer preparativos inmediatos para...
- Pero, mi señor, el que los descubrió fue... Caspar.
- Ah, ya veo. Entonces, ¿qué bajas hemos sufrido?
¿Conseguimos capturar a algún enemigo?
- Tenemos a tres heridos leves, incluyendo a Caspar.
Y me temo que no capturamos a nadie con vida.
- Je. Supongo que esto es lo que pasa cuando se carga
[cdb]precipitadamente a la batalla.
- ¡Oye, Hubert! ¿Te has enterado
[cdb]de que he despachado a unos espías enemigos?
- En efecto. Y además de conseguir que varios
[cdb]de los nuestros resultasen heridos,
[cdb]no capturaste a ningún espía.
- Si hubieses pedido refuerzos antes de lanzarte
[cdb]a la acción, podrías haber evitado todo eso.
- ¿Y si hubiesen huido mientras esperábamos?
- Además, ¿no dijiste que no había ningún problema
[cdb]cuando mi padre hizo lo mismo?
- Los refuerzos solo estorbarían al conde de Bergliez.
Si no pudiese con algo por sí solo,
[cdb]enviar más soldados sería un esfuerzo inútil.
- Además, no habría sufrido ni la más mínima herida
[cdb]en el proceso.
- ¡Oye, solo fue un rasguño! Maldita sea.
¡La próxima vez me ganaré tu respeto! ¡Ya verás!
- ¿Por qué insistes en lanzarte de cabeza al peligro
[cdb]siempre que puedes?
- Claramente, uno de los motivos será tu deseo
[cdb]de ganar reconocimiento. Y aun así...
- Pongamos este último incidente como ejemplo.
Si hubieses pedido refuerzos,
[cdb]habrías recibido más elogios por ello.
- La captura de un espía enemigo habría sido
[cdb]un buen tanto a tu favor, igual que regresar
[cdb]con menos camaradas heridos.
- Sí, bueno, no sé.
Solo puedo decir que tuve una corazonada y ataqué.
- Y el resultado no fue terrible, ¿qué problema hay?
- El problema es que tus corazonadas
[cdb]dejen de ser útiles.
- Si tu instinto se equivoca una sola vez,
[cdb]acabarás criando malvas.
- ¡No me gafes, Hubert!
Tal vez sea agresivo, pero no quiero acabar muerto.
- Tu muerte prematura también me daría problemas.
Piensa en el poder militar que estaría sacrificando.
- Pero, al mismo tiempo, me provocas desazón
[cdb]cuando arruinas planes meticulosamente preparados
[cdb]con tus corazonadas.
- ¡Aaah! Piensas demasiado, ¿lo sabías?
- Si quieres hacerte un nombre en el campo de batalla,
[cdb]tienes que aceptar el riesgo de morir.
- A pesar de eso, elegí seguir este camino
[cdb]para ganar honores en la guerra.
- Pero ¿sabes qué? Si crees que voy a palmarla,
[cdb]tenlo en cuenta para trazar tus planes.
- Ah...
- Mira, sé que soy tu poder militar
[cdb]o lo que sea que has dicho.
Pero a veces tienes que ganar con o sin ese poder.
- Como ya he dicho, no pretendo acabar muerto,
[cdb]pero sé que en el combate no hay garantías.
- En fin, supongo que esa debe ser la mejor forma
[cdb]de asegurarme de no ser una carga para ti.
- Uy, es hora de entrenar. ¡Debo irme, Hubert!
- Estás dejando tu destino en mis manos, ¿eh?
- Dicen que hay una delgada línea que separa
[cdb]al santo del bufón. Cuánta razón. Je, je, je.