- Necesito hablar contigo, Ignatz.
- ¡Ah! Lysithea. Me has dado un buen susto.
- ¿Te acuerdas de la última vez que hablamos
[cdb]de nuestros padres?
- ¿Cuando me dijiste que querías hacer algo
[cdb]por ellos? Sí, claro.
- ¿Puedo ayudarte yo de alguna forma?
- No, aunque he estado pensando en tu actitud
[cdb]en aquella conversación.
- Me dio la sensación de que te exiges demasiado.
- ¡No, qué va! ¿Q-qué te hace pensar eso?
- Otra vez reaccionas igual. Te pasa algo...
y creo que sé lo que es.
- ¡Ah!
- Querías ocuparte del negocio familiar
[cdb]con tu hermano, ¿verdad?
- ¿Eh?
- A ver, eh, no. Nunca he querido eso.
- Mmm... la vida de mercader no es lo mío.
- ¿De verdad? Porque sabes mucho sobre pinturas,
[cdb]cuberterías, té y otros productos.
- Bueno, parece que me equivocaba.
Pensé que te habías hecho caballero
[cdb]solo porque lo quería tu familia.
- Bueno, ahí llevas razón.
- ¡Espera, espera! No quería decir eso.
- ¡Ajá! ¡Entonces sí que preferirías
[cdb]dedicarte a otra cosa!
- Bueno, mmm... sí.
- No te preocupes, Ignatz. Tengo una propuesta para ti.
- ¿En serio?
- Sí. Deberías venir al territorio de Ordelia
[cdb]y hacer lo que te gusta de verdad.
- Puedo organizarlo todo para que te muevas
[cdb]por donde quieras y ayudarte con lo que necesites.
- ¿De verdad? Me alegra muchísimo oír eso, pero...
- ¿Puedo esperar hasta que termine la guerra?
Aún me queda trabajo por hacer como caballero.
- Me sentiría mal por Lorenz si lo echo todo por tierra.
Al final, fue él quien se encargó de mi nombramiento.
- Como caballero de la Casa Gloucester, no puedo
[cdb]eludir mis obligaciones hasta que la guerra termine.
- Siempre te tomas tus responsabilidades muy en serio.
¿Nunca piensas en ti primero?
- Supongo que es un rasgo muy admirable...
Perfecto. Esperaré entonces a que termine la guerra.
- Mientras tanto, lucha por tus sueños, ¿vale?
- Lo haré, Lysithea... ¡gracias! ¡Parece que mi vida
[cdb]empieza a brillar de nuevo!
- Sigo sin saber qué pasará con el territorio de Ordelia
[cdb]cuando acabe la guerra...
- Si acabo siendo una plebeya, no sería tan mala idea
[cdb]ayudarle a montar su negocio de mercader.
- Al fin y al cabo, quería dedicarse a eso, ¿no?